Se han celebrado las elecciones a la Diputación de A Coruña y se produjo un cambio sustancial en la dirección. Como se sabe esta es una institución cuyo principal objetivo es ayudar a los ayuntamientos menores. La Diputaciones, tan cuestionadas últimamente, están ahí porque fallan los verdaderos responsables de sus deberes, Gobierno central y Xunta. Y por ello los dirigentes de estos reinos de Taifas son zarandeados hasta que alguien se apiade de ellos, pues actualmente se vienen repartiendo las ayudas según el clima político que respira el Ayuntamiento solicitante.
Con la formación de los gobiernos en las comunidades, en las Diputaciones se produjo una gran desafección quedando relegadas a dar soluciones a problemas sencillos de los pueblos. Pero a partir de ahora estos jóvenes que llegan airados están claramente por la regeneración de los tejidos políticos-administrativos. Así lo han visto siempre los partidos clásicos y cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo les pudo la autocomplacencia, su apuesta fue de un silencio cómplice, pero la cosa ahora tiene visos de cambio inminente, y alguno de los grupos allí presentes están obligados a ello, pues llevan en sus programas la desaparición. Y algunos diputados ya se mostraron podadores implacables.
Muchos ciudadanos ven que las Diputaciones son un estorbo a la comunidad y apuestan -mientras no sean liquidadas- por una renovación cualificada y en profundidad de la política actual, y también de los políticos eternos y las instituciones encorsetadas, para acabar de una vez con la feria de vanidades en que se ha convertido todo esto de los funcionamientos disfuncionales. Y sobre todo sus responsables, con la verdad por delante, que es el alimento de la vida, según María Zambrano. Los partidos emergentes ya exigen soluciones, especialmente sobre la organización territorial. En cuanto a la Diputación de A Coruña -por lo que nos afecta- hay señales de regeneración, pues se produjo un cambio total en la dirección, encabezado por su presidente, el alcalde de As Pontes, Valentín Formoso, con dos mayorías absolutas en su Ayuntamiento. Igualmente los representantes de esta zona, alcaldes de Pontedeume y Ortigueira, son también aportaciones socialistas, aunque nuevamente se produjo un enorme impacto en este partido. Ferrol no tendrá representación. Esta formación tan heterogénea, últimamente, es el factor desencadenante de todo ello. Pero ya se sabe, aquí nos alimentamos mutuamente dándole vueltas a la tuerca y algunos pensando que dentro de cien años tendremos la misma edad.