Descubrir la belleza

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL CIUDAD

28 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La ciudad y la comarca están llenas de rincones con encanto. Pero, cuando el ruido ambiental supera el umbral de lo soportable, la belleza se contamina y resulta muy difícil reconocerla en medio de tanto alboroto y de tanta vulgaridad. Como tantos ferrolanos, tengo mis lugares favoritos para recuperar: olores, colores, sonidos e, incluso, sabores, que son señas de identidad de un entorno tan rico y variado que puede ofrecernos de todo: silencio, tan necesario para poder hablar con uno mismo; paz, para cargar el alma de la serenidad suficiente para no dejarnos vencer por las alarmantes señales de autodestrucción, que se nos envían desde foros diversos, en los que se anuncian procesos de revisión que ya no respetan ni los símbolos, abstractos o concretos, que representan, no solo lo que somos, sino de dónde venimos.

Por eso voy a buscar la belleza, para tratar de atraparla y ofrecerla en: una sonrisa, un abrazo o un sentido te quiero, a quien busca el corazón del otro, que nunca está completo. Porque el amor no ocupa el espacio. Solo lo envuelve?

Estos días el rostro y la palabra de mis hijos y mis nietos llenan mi vida cotidiana y hablan de los lazos familiares como valor insustituible en el camino de la vida. Por eso les agradezco tanto que tengan, en este rincón de bruma y viento, esa casa familiar en la que quieren alimentar sus raíces.

Ellos son mi primera visión de la belleza. Pero en cada recodo del camino hay algo hermoso que atrapar. Buscarlo es cuestión de hábito.