«Las marcas comerciales han provocado la ?medallitis?, la obsesión por conseguir medallas», indica el presidente y fundador de la Academia Olímpica Española
27 jul 2015 . Actualizado a las 18:52 h.«En mi vida he intentado no perder el tiempo jamás». Lo dice un persona que ha llegado a cotas muy altas en el ámbito del deporte, como presidente de la Academia Olímpica Española, y en el apartado judicial, como magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Conrado Durántez, con casi treinta obras escritas a sus espaldas -y con la última en camino- dedicó el tiempo que le dejó su trabajo a conocer a fondo el olimpismo y a su figura más relevante, Pierre de Coubertin, impulsor de los Juegos modernos.
-¿Cuándo empezó su relación con el deporte?
-Estudiando en el colegio Sagrada Familia de A Coruña. El profesor de Educación Física me dijo: «Coge eso y tíralo». Era una especie de lenteja grande, un disco. Lo cogí, lo lancé y me dijo: «Mañana vas a los campeonatos escolares». Y me pasó lo mismo con el peso. Al día siguiente fui el mejor de A Coruña en lanzamiento de disco y peso, sin tener idea de cómo se lanzaba aquello. Pero eso me motivó tanto que empecé y solo quise mejorar.
-Tanto que estuvo a punto de ir a los Juegos Olímpicos de 1960.
-Cuando recibí la carta de la federación de atletismo, estaba en el tercer ejercicio de jueces y solo me quedaba ese y el cuarto, que eran los más fáciles. Les dije que no podía asistir. Y acerté. Porque, probablemente, si hubiese ido a los Juegos de Roma no hubiese hecho nada. En España estábamos muy mal en lanzamientos, apenas había técnicos. La carrera judicial me ha permitido ser libre, independiente y autónomo. Y he podido seguir vinculado al deporte desde entonces.
-¿Qué es eso del olimpismo?
-Es una filosofía de la vida que utiliza al deporte como correa transmisora de sus postulados formativos, pacifistas, democráticos, culturales y ecologistas. Aunque el hombre de la calle, curiosamente, lo usa como un término peyorativo: «Pasó olímpicamente del tema».
-En 1961 tuvo un flechazo.
-El Comité Olímpico Español recibió una carta que anunciaba que se inauguraba en Olimpia la Academia Olímpica Internacional. Solicitaban la asistencia de un estudiante. Nadie sabía en España qué era eso. El presidente del COE, José Antonio Elola-Olaso, me mandó a mí en representación. Cuando llegué y vi Olimpia me quedé tan impresionado que desde aquel momento he trabajado y sigo trabajando por el tema olímpico.
-¿Debería ser materia obligatoria en el colegio?
-Por supuesto que sí. El deporte es el mejor instrumento que tiene el ser humano para su mejora psicofísica. Es un elemento educativo fundamental. El olimpismo se debería enseñar porque es el espíritu de todo esto. Tiene un pasado grandioso. Estamos en el tercer milenio del olimpismo.
-En menos de un mes cumple 80 años, ¿piensa divorciarse algún día del olimpismo?
-Nunca. El olimpismo no lo voy a dejar de querer nunca. Siempre digo que el olimpismo es como una religión laica porque tiene desfiles, símbolos, emblemas y una doctrina: la mejora del ser humano a nivel individual y a nivel mundial buscando la paz entre los pueblos.
-De los libros que ha escrito, ¿con cuál se queda?
-Olimpia. Le dediqué 18 años de investigación porque en España apenas existía bibliografía.
-¿El deporte ha cambiado para bien o para mal?
-Lo que han cambiado para mal son las circunstancias del deporte. El deporte profesional es muy de respetar, pero no es deporte, es otra cosa. Se han metido las firmas comerciales en el entorno deportivo y eso nos ha traído una enfermedad que yo llamo ?medallitis?, la obsesión de conseguir las medallas. Una marca comercial lo único que quiere es un récord o una gran marca que dé notoriedad al producto que ella vende. El deporte siempre debería estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio del deporte.
SU FICHA
Conrado Durántez, presidente y fundador de la Academia Olímpica Española
Pontedeume, 21 de agosto de 1935
Nació en Pontedeume, pero fue bautizado en Ferrol. Con 4 años destinaron a su padre a A Coruña y con 22 se marchó a estudiar Derecho a Santiago. Previo paso por Málaga, se instaló finalmente en Madrid.
Presidente de la Academia Olímpica Española, presidente de la Asociación de Academias Olímpicas Iberoamericanas, miembro del COE y presidente de honor del Comité Pierre de Coubertin.