Los «rara avis» que se salvaron del estallido de sus sectores

sara martins, b.c. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Cíber, solarium y firmas de oro llenaron tiendas en Ferrol y quedan ya muy pocos

26 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Burbuja, es, quizás, una de las palabras más repetidas desde el inicio de la crisis económica. El estallido más sonado fue el del sectro inmobiliario, pero no fue el único, ya que son muchos los ejemplos de negocios que crecieron de forma exponencial en Ferrolterra -y en España en general-y al poco tiempo tuvieron que cerrar sus puertas por el fuerte colapso que sufrió el mercado. La economía es mucho más simple de lo que nos parece y, al final, todo se basa en la archiconocida ley de oferta y demanda: si hay muchos más vendedores que compradores los precios bajan hasta tal punto que pueden dejar de ser rentables. Entonces, algunas empresas no tienen más remedio que cerrar. Pero en el hundimiento de algunos sectores, hay negocios que saben adaptarse al mercado cambiante y consiguen sobrevivir a la explosión de la burbuja.

La historia no deja de repetirse: desde cíbers a solariums, pasando por tiendas de pitillos electrónicos a compra-venta de oro. Parecen empresas muy diferentes, pero todas han seguido la misma trayectoria.

En la década de los 2000 no había que moverse demasiado para encontrar un ciber. Internet era la nueva moda que venía para quedarse; con lo que no contaban los emprendedores de entonces es, que en pocos años, las compañías telefónicas ofrecerían tarifas planas muy asequibles para cualquier bolsillo, que acabarían con la necesidad de ir a un cíber para estar en red. Hoy en día, de hecho, es casi misión imposible encontrar uno por Ferrolterra. Uno de los pocos supervivientes es el Cíber de Mao, en Fene, al que «de cíber sólo queda el nombre». Ahora el negocio principal ha pasado a ser la reparación de ordenadores.

Y si hablamos de empresas que vivieron su propia burbuja no podemos olvidarnos de los ya míticos de compra de oro, que, desde que empezó la crisis, empezaron a reproducirse masivamente por Ferrol. Hasta el año 2009 lo más parecido que había en la ciudad eran las tradicionales casas de empeño. Con la llegada de la recesión fueron muchos los que vieron el nicho que se estaba generando en el mercado y se lanzaron a la aventura.

13 tiendas de compra de oro

En Ferrol llegó a haber hasta 13 tiendas de compra-venta de oro pero, poco a poco, la mayoría fueron cerrando. Actualmente quedan seis negocios de este tipo, y todos, excepto uno, son de La llave del oro. Ángeles Fernández, encargada de La llave del Oro, que la clave del éxito reside en «la seriedad, el cumplimiento de las normas y la buena gestión empresarial». Además, el buen trato al cliente es condicion sine qua non para el buen devenir de estas empresas. «Hay que tener un poco de tacto con la gente, vienen todo tipo de personas y si se sienten a gusto contigo van a volver», explica Ángeles.

La moda de estar moreno todo el año, llegó -y con mucha fuerza- allá por el 2002. Los centros de bronceado artificial parecían la nueva gallina de los huevos de oro y fueron muchos los que se lanzaron a la aventura -no especialmente barata, ya que este tipo de centros requieren de una gran inversión- y muy pocos los que salieron airosos. Una de esas empresas que sobrevivió a la explosión de la burbuja es Solnatur. Anxo Díaz, que montó su primer solarium en el 2002 en el centro comercial Odeón, considera que si su negocio se mantiene en pie es porque «desde el principio contaron con un equipo altamente cualificado y equipos de bronceado de primer nivel». Además, asegura que en este tipo de empresas es fundamental «ofrecer las máximas garantías higiénico-sanitarias».

Actuar a tiempo

Sobrevivir a la explosión de las burbujas económicas es casi misión imposible, y, sin duda, la condición necesaria para superarla es adaptarse, antes que nadie, a las necesidades que el mercado exige en cada momento concreto. Si no se actúa, la tasa de superviviencia suele ser mínima.