«En verano soy de cerveza fresquita»

Beatriz García Couce
Beatriz couce FERROL

FERROL CIUDAD

Helga Méndez, actriz y directora de teatro, se deja tentar por las sesiones vermú de Canido y las calas de San Cristóbal

05 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Se encuentra de vacaciones obligadas, dice entre risas Helga Méndez, (Ferrol, 1970), pero cualquiera que conozca a esta menuda actriz y directora de teatro sabe que parada, lo que se dice parada, no va a estar nunca. Así que como el verano le ha dado al botón del pausa de las actividades extraescolares de los colegios y de los talleres municipales de teatro para adultos de Ares y Mugardos, Helga tiene tiempo para el terraceo y para disfrutar de las nuevas sesiones vermú como las que se celebran en la plaza de O Cruceiro de Canido, en donde no deja de acudir a La Cándida, de su amigo Pablo, o las organizadas por las dueñas de El Guarisnais, en Esteiro. «En verano soy de cerveza fresquita, mientras que en invierno soy más de tomar un vino», afirma, al mismo tiempo que asegura que «me gusta mucho Canido porque se vive un ambiente muy familiar, muy de barrio».

Lejos de volcarse en la ciudad, el alma máter de Maquinarias Teatro y mitad del dúo acústico Gulubú, junto a Al Vila, además de componente de Bartoleta Teatro y O Maxolo, de Covas, vive el verano, como buena ferrolana, también en la costa. «Combino ambas cosas. Mi paraíso es San Cristóbal, en donde tiene mi padre una finca. De allí me gustan las calas pequeñas y tranquilas a las que va muy poca gente. Lo malo es el agua fría, pero me compensa por otro lado», ríe divertida. «Por mi trabajo, tengo que hablar todo el día y allí encuentro la paz», afirma Helga, que se declara «como el correo de Bouzas, el que lo anda todo», y la que, cuando su economía se lo permite, realiza algún viaje. Quien dice andar dice recorrer, pero Helga a pie o en bici ya que no conduce.

Estrenando este verano del 2015 -«me gusta el calor, la playa y el mar», declara- se deja tentar por los amigos y aprovecha las noches para tomar una copa en el Manchita, en donde también pincha. «Rock and Roll, por supuesto», exclama, aunque admite que también hace mover el esqueleto a los demás con música rockabilly, garaje y soul. «Todo lo divertido», concluye.