El PP echa la cuenta de la mayoría absoluta

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

FERROL CIUDAD

28 abr 2015 . Actualizado a las 18:49 h.

Ni mayorías absolutas ni reválidas en el cargo. Ese es el estereotipo que los electores ferrolanos contribuyeron a acuñar desde los tiempos de los primeros gobiernos locales de los socialistas de Quintanilla Ulla con los comunistas de Fernando Miramontes, hasta el 2011, cuando los votantes otorgaron la primera mayoría absoluta (con trece concejales) a José Manuel Rey Varela. Los resultados que apunta a día de hoy la encuesta de Sondaxe parecen indicar que las tradiciones no siempre devienen en folclore.

El PP de José Manuel Rey estaría a un escaño de reeditar la mayoría absoluta, lo que confirmaría que la decisión de otorgarle hace cuatro años poder suficiente para gobernar en solitario no fue una anomalía histórica, y que Ferrol no está incapacitado para el mismo alcalde complete dos mandatos seguidos, lo que solo ocurrió con Quintanilla (79-83 y 83-87). En esta ocasión, y gracias a la aparición de Ciudadanos en el escenario local, podría darse la circunstancia de que un mismo alcalde repita aun sin el cómodo colchón de la mayoría absoluta.

Las circunstancias que han acompañado el mandato que comenzó en 2011 (un gobierno central del PP quemadísimo por las medidas de ajuste, la cicatera política con el naval y la corrupción) serían un buen ecosistema para que la izquierda recuperase el poder en ese alternancia histórica del municipalismo ferrolano. Pero el PSOE, que no acaba de recuperar posiciones a nivel nacional, parece que paga además las consecuencias de las luchas intestinas que en el ámbito local han vivido estos últimos años y que no cuaja entre la ciudadanía la lista que armó Beatriz Sestayo prescindiendo de todo el grupo municipal e incorporando a algún independiente.

El BNG también sufre desgaste (perdería una de las dos actas de concejal), y la renta del descontento en la ciudad gallega más castigada por el paro se la llevaría Ferrol en Común, que finalmente y tras bastantes titubeos abriga a Esquerda Unida, Anova, gente del nacionalismo fuera del BNG, y aprovecha en cierto modo la estela de Podemos y de la indignación ciudadana. La campaña y los apoyos sociales que sume dirá si se confirma el sorpaso de esta formación al PSOE, que quedaría relegado a tercera fuerza en la ciudad.

Pero en el PP están echando la cuenta de la mayoría absoluta, contando además con el puñado de votos que les pueda traer Juan Fernández, aplaudido como el hijo pródigo que vuelve para cerrar la lista de forma honorífica, y con el tirón que espera de los independientes incluidos en puestos de salida. Sin poder exhibir quizás un balance de relumbrón, José Manuel Rey Varela está poniendo el acento en la eficacia de un gobierno estable que no precisa pactos ni reparto de cuotas y en el valor de la continuidad en tiempos tan revueltos. En todo caso, los bloques de izquierda y derecha están, como siempre en Ferrol, ajustados. El partido hay que jugarlo.

La lista del PSOE, lastrada por la división interna, no cuajaría como alternativa

Ferrol en Común, liderado por Jorge Suárez de EU, se llevaría la renta del descontento