San Valentín salva su oficina bancaria

FENE

JOSE PARDO

Abanca mantendrá la sucursal en el barrio fenés tras las presiones vecinales

14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es una buenísima noticia», celebraban ayer los vecinos de San Valentín tras conocer que, finalmente, Abanca accede a mantener la oficina del barrio fenés. La previsión era que estas dependencias cerrasen el viernes de la próxima semana, anuncio que suscitó un fuerte rechazo de los vecinos e incluso el acuerdo de todos los grupos de la corporación municipal contra la medida. La presión ha sido tan unánime que representantes de la directiva del banco adelantaron a ayer la reunión prevista esta semana para trasladarles que paralizaban la medida, un encuentro al que también asistió el gobierno local. «Nos garantizaron que se va a mantener, un compromiso que quisimos que lo trasladen por escrito al Concello», explicó Juan Miraz, uno de los vecinos portavoces de las protestas.

De esta forma el barrio mantendrá los dos cajeros automáticos y el servicio de oficina cinco días a la semana para trámites del día a día. «El director vendrá una vez por semana o así y algunos trámites más importantes como hipotecas puede ser que te manden ir a la oficina de Fene, pero eso ya pasaba ahora», señaló. Tras la reunión, los representantes del colectivo agilizaron la celebración de la asamblea diaria para comunicarlo a los vecinos.

El alcalde, Juventino Trigo, resaltó la medida aunque reclamó que espera que «sexa definitiva». El cierre dejaría al municipio con solo dos oficinas bancarias de las cinco con las que llegó a contar antiguamente, y a San Valentín, uno de los barrios de Fene con más población con unos 1.400 vecinos, sin el servicio.

Iniciativa parlamentaria

El anuncio del cierre unió a un barrio que en pocos días consiguió recoger 1.504 firmas para presentar una proposición parlamentaria, a las que se suman unas seiscientas reclamaciones individuales amenazando con retirar sus cuentas de la entidad bancaria. «Hay que tener en cuenta que San Valentín es un barrio de gente mayor, más de 70 % de los vecinos somos prejubilados o jubilados. Mi hijo lleva tres años en los que ya no le llega ni un recibo, todo lo mira en el móvil, pero eso no es para la gente mayor», explicó Manuel Veiga. Tiene 69 años, reside en la primera fase de bloques del barrio y es cliente de Abanca «desde que en Astano dejaron de pagarnos en sobres y se empezó a cobrar las nómicas», recordó. Destacó como mayores inconvenientes del cierre los problemas de accesibilidad de la oficina a la que les remitían, la ubicada en la avenida Naturais, sin aparcamientos. «Para ir hay que subir escaleras, pasar por un túnel, cruzar dos pasos de cebra... para una persona mayor o en silla de ruedas es complicado», lamenta. Coincide en los argumentos Sonia Garrido, residente en el mismo edificio donde se encuentra ubicada la entidad bancaria de San Valentín. «Yo ahora podría ir a la otra sin problema, pero en un futuro la necesitaré, y aquí hay muchos vecinos mayores y con movilidad reducida para quienes no es una opción».