Un campeón de 16 semanas

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

FENE

ÁNGEL MANSO

Fátima Ameneiro se proclamó la mejor copiloto de España en tierra tras correr cuatro pruebas embarazada

07 dic 2016 . Actualizado a las 15:19 h.

Por las pistas de tierra de Pozoblanco, a ochenta kilómetros de Córdoba, vivió hace una semana uno de los mayores sustos que recuerda desde que hace ya más de una década comenzase su carrera como copiloto. Era la última prueba del nacional de ralis de tierra y hacía frío y había llovido a cántaros. Fátima Ameneiro y su marido Édgar Vigo, que viajaba a su lado con las manos sobre el volante, sabían que ella estaba embarazada de 16 semanas. Entonces el coche se tropezó con un charco enorme -en la pasada de reconocimiento aún no había ganado la profundidad que tenía el día de la carrera- y Édgar perdió momentáneamente el control del vehículo. Un lance sin consecuencias, de los que suceden cuando se conduce apurando cada centésima, de los que no tendrían mayor trascendencia si por sus cabezas solo rondase la idea de que en el vehículo ya no estaban solos. «Me puse muy nerviosa. En la siguiente curva nos paramos y salí del coche. Estuvimos un minuto parados y cuando me subí al coche aún no era capaz de ponerme el arnés», explica Fátima. «De hecho -apunta- fue un espectador el que se acercó para colocármelo. Íbamos relativamente tranquilos, porque a mí me valía con puntuar en la prueba para ser la mejor copiloto, pero no abandonamos por los pelos. Al final terminamos y todo salió rodado porque también nos llevamos el subcampeonato de España del grupo N».

«Ha sido una temporada redonda en todos los aspectos. Edgar y yo estamos encantados con la idea de ser padres», recalca la deportista de la escudería Scratch de Fene que transmite a su interlocutor esa alegría desbordante.

Fátima corrió las cuatro últimas pruebas del nacional embarazada bajo la supervisión médica. «En Cervera, donde hizo mucho calor, todavía no lo sabíamos, pero después fui al médico y pensé: ‘Bueno, tendré que dejar de subirme al coche’. Pero para mi sorpresa me dijo que tenía, salvo un accidente grave, casi más riesgo en un coche de calle, con un cinturón convencional, que en uno ralis con el arnés de seis puntos. Mientras me encontrase bien de salud, no había inconveniente en que continuase compitiendo», relata la copiloto. «Y la verdad -indica- es que me encontraba muy bien. Fíjate que en la prueba de Cervera hacía muchísimo calor. Tanto que hubo gente que abandonó por deshidratación, pero yo me sentía genial». «Y lo estoy llevando fenomenal. Todavía no sabemos si será niño o niña, pero ya ha llegado con un título bajo el brazo», bromea.

Y reconoce que la confianza que tiene con su marido en competición le ayuda para analizar mejor su evoluciones dentro del coche. «Hay momentos en los que sé, por la forma en la que respira por el interfono, si está nervioso, si está tranquilo, si tengo que cantar las notas de una forma u de otra», señala. Pero también admite que esa misma confianza hace que «digamos las cosas de una forma mucho más directa».

Y Fátima no para. Está ahora pendiente de la organización del eslalon que su escudería celebrará este fin de semana. Y el pasado viajó para ver competir a otros integrantes del equipo.