En camilla por un camino de tierra

FENE

ANGEL MANSO

Una familia de Fene lleva cinco años demandando ayuda al Ayuntamiento para asfaltar la pista de acceso a su casa

26 oct 2016 . Actualizado a las 08:00 h.

Cada vez que llueve, el acceso a la vivienda de la pareja fenesa de octogenarios María de la Luz López y José Rebón se convierte en un barrizal. Residen en una casa en San Ramón de Sillobre a donde tienen que acceder por un camino de hierba y tierra al no disponer de un acceso asfaltado.

El problema se ha agudizado a raíz de la enfermedad de José. Desde hace unos cuatro meses su situación se ha agravado hasta un estado de semicoma por lo que es trasladado continuamente al hospital. «Muchas veces no puede llegar la ambulancia hasta casa y tienen que desplazarlo en camilla por el camino», lamenta uno de sus hijos, Fernando Rebón.

Recuerda que para acceder a la vivienda familiar siempre tuvieron que recorrer este camino de servidumbre de unos 150 metros de longitud. Pero, con el paso de los años, María y José, de 79 y 84 años, necesitan cada vez de más ayuda. «No puede llegar un taxi, si hacen la compra y la mandan a casa no puede llegar la furgoneta...», recalca Fernando. Incluso, los propios hijos no pueden acceder en sus vehículos.

Hace cinco años ya que piden ayuda al Concello de Fene para solucionar esta situación. El problema radica en que no se trata de un camino común sino de servidumbre, es decir, privado dependiente de varios terrenos del entorno por lo que deben ponerse de acuerdo todos los involucrados para asfaltarlo.

«Mi madre tiene más de ochenta años, no puede ir puerta por puerta hablando con cada vecino para llegar a un acuerdo ni ponerse a buscar a los que no viven aquí, por eso pedimos ayuda al Concello», reclama Fernando y añade: «Estamos pagando los recibos y la contribución como todo el mundo, ¿por qué no podemos tener un camino asfaltado?».

Desde que se recrudeció el estado de salud de su marido, María de la Luz se encarga de su cuidado. «Él está postrado en la cama y necesita ayuda para todo», lamenta. En estos meses han sido continuas las idas y venidas de José al hospital, y para su mujer «es tremendo» ver cómo la ambulancia se queda atascada a veces en el barro, le sacan de la camilla y tienen que transportarlo así todo el camino hasta la casa y la habitación.

Peligroso también andando

Destaca que no solo afecta a los coches, sino que es muy peligroso cuando ella sale andando. «Es terrible y peligroso por lo que resbala», lamenta María de la Luz.