Una cría de foca gris aparece atrapada en el aparejo de un pesquero de Cedeira

A. F. C. CEDEIRA

CEDEIRA

Xosé Cheda

El Cemma ha trasladado al ejemplar a Nigrán para su recuperación, antes de devolverlo al mar

06 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tripulantes del Lucero Uno, un pesquero de bajura cedeirés, se llevaron ayer una sorpresa cuando elevaron el aparejo y descubrieron, entre sus capturas, una cría de foca gris. Los marineros cuidaron al animal, bautizado como Lucero, hasta recalar en el puerto de Cedeira, donde fue recogido por personal de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) para su traslado al centro de recuperación de focas de Nigrán. «Quedó enmallada en el aparejo y tiene alguna herida en la garganta y en una uña, pero no se ve débil, a diferencia de lo que suele ocurrir [...]. A los pescadores les extrañaba cómo habría aguantado bajo el agua tanto tiempo, sin poder respirar», explica Juan Ignacio Díaz. A la espera de la evaluación de los veterinarios, el responsable del Cemma en el área norte cree que en dos o tres días ya podrán devolverla al mar.

Lucero, un macho de entre dos o tres meses, ha sido la primera cría de foca gris hallada esta temporada en la costa norte de la Península. «Es un fenómeno de dispersión juvenil y los causantes son las corrientes y los vientos favorables. Las principales colonias de cría están en Irlanda y las islas británicas, y desde allí las arrastran hasta aquí. Los animales son alejados de la costa y quedan expuestos a las corrientes, pueden llegar incluso hasta el estrecho de Gibraltar», indica Díaz. En estas fechas suelen aparecer en el litoral vasco; entre mediados de diciembre y enero, en Galicia; y a finales de enero o principios de febrero, en el área de Lisboa. «Son mamíferos que viven muy cerquita de la costa», señala. De hecho, los pescadores indicaron que cuando la capturaron se encontraba a solo unas 20 brazas de profundidad.

Este jovencísimo ejemplar de lobo mariño cincento ha sido afortunado, puesto que «lo habitual es que se queden enganchados en los aparejos y se mueran», apunta el experto.