Paraísos que solo conocen algunos bañistas de Ferrolterra

María G. Vilar, A. U. FERROL

CABANAS

ARES: Estacas. El problema de Estacas es que tiene una zona de arenal bastante estrecha, por lo que «cuando sube mucho la marea o ahora en agosto con las mareas vivas casi no tienes dónde ponerte», comenta Bea Vázquez. Cerca de la entrada a esta playa, a unos 20 metros, pasa parte de una ruta BTT.
ARES: Estacas. El problema de Estacas es que tiene una zona de arenal bastante estrecha, por lo que «cuando sube mucho la marea o ahora en agosto con las mareas vivas casi no tienes dónde ponerte», comenta Bea Vázquez. Cerca de la entrada a esta playa, a unos 20 metros, pasa parte de una ruta BTT. CÉSAR TOIMIL

Son playas pequeñas, de aguas tranquilas y cristalinas, y difíciles de encontrar

30 ago 2016 . Actualizado a las 10:20 h.

En una zona tan conocida por sus playas, con multitud de banderas azules y a las que acude una gran cantidad de gente en los meses de verano, se esconden también pequeñas joyas desconocidas para muchos. Las pequeñas playas de Chamoso (Cabanas), Estacas (Ares) y Almieiras (Fene) son algunas de ellas. Las tres tienen en común sus aguas tranquilas y cristalinas y su reducido tamaño.

Playa de Chamoso en Cabanas
Playa de Chamoso en Cabanas CÉSAR TOIMIL

En Cabanas se encuentra escondido el arenal de Chamoso. «Es muy pequeña y está llena de rocas. Pero tiene su encanto», cuenta Óscar Esmorís. Lleva yendo desde pequeño, pues «vivo a cinco minutos. Allí estaban siempre todos los niños de San Martiño de Porto», recuerda. A ella recurre sobre todo la gente de la zona porque «está poco señalizada y no se ve desde la carretera».

Playa de Almeiras en Fene
Playa de Almeiras en Fene CÉSAR TOIMIL

Muy cerca, en el límite entre Cabanas y Fene, se encuentra Almieiras, en Limodre. «La primera vez que fui, hace años, fue porque una amiga mía vive allí al lado y me llevó», cuenta Eva Fanego, de Ferrol. Su amiga, Nuria Fernández, «va desde siempre, desde que tenía tres años o así». «Almieiras es muy pequeña. Al principio no la conocía casi nadie, era prácticamente una playa paradisíaca de los que vivíamos en Limodre, pero ahora vienen más. Sobre todo desde que se empezó a conocer el bar O Emigrante y se hace el asalto vikingo», afirma Nuria. La parte negativa es que «cuando sube la marea la zona de arena casi desaparece y te quedas sin playa», añade.

Playa de Estacas en Ares
Playa de Estacas en Ares CÉSAR TOIMIL

Otra de ellas es la de Estacas, en Ares. «La descubrí este año, en invierno haciendo una ruta BTT», afirma Bea Vázquez. «En las cuatro veces que vine este año no creo que hubiera nunca más de veinte personas», asegura. Y es que comparte el mismo problema que las anteriores, la señalización. «No es que haya muchas indicaciones, yo creo que si no eres de por allí es difícil que la conozcas», añade. Además existen otras pequeñas calas al lado de ella, algunas con acceso propio y otras a las que se llega a través de las rocas.