Sologas trata en As Somozas las 6.750 toneladas de pescado que se destruyó en Fandicosta

ANA F. CUBA AS SOMOZAS / LA VOZ

AS SOMOZAS

m. m.

El hedor generado por los residuos se percibe en el polígono e incluso en puntos de Ferreira o Igrexafeita, en San Sadurniño

08 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace unos días, cuando sopla viento de nordeste, los vecinos de algunos lugares de las parroquias de Ferreira o Igrexafeita, en San Sadurniño, perciben un intenso «cheiro a podre». El hedor proviene de las 6.750 toneladas de pescado destruidas en el incendio de Fandicosta -la empresa frigorífica de Domaio, en Moaña, que sufrió un incendio el pasado día 9 de mayo-, que han sido transportadas hasta la planta de Sologas, el centro de tratamiento de residuos ubicado en el polígono industrial de As Somozas. En las inmediaciones también se aprecia un desagradable olor, como reconoce el presidente de la firma. «Los camiones y las ruedas ya tenían olor, es pescado en proceso de semi descomposición, la mayor parte langostinos y chocos, pero también merluza o bonito. En la trinchera [donde se vierte] sigue oliendo», constata Santiago Aguilar.

El responsable de Sologas asegura que esta instalación «es la única en Galicia con capacidad para dar respuesta a esta emergencia sanitaria». «La Xunta de Galicia nos pidió un proceso de higienización, mediante compostaje [sometiendo los desechos a 70 grados centígrados de temperatura durante una hora], y el compost que resulte se mandará al vertedero [de la firma Xilo Galicia, radicada en el mismo polígono de As Somozas]», explica Aguilar. La cantidad de residuos y la urgencia, por los riesgos sanitarios y medioambientales, les obligó a reforzar los turnos de trabajo para empezar a tratar el pescado en descomposición. Al centro han llegado una media de 40 camiones por jornada, unas 800 toneladas, durante unos diez días. Este residuo -del tipo sandach, es decir, un «subproducto animal no destinado al consumo humano»- se descarga en contenedores con separación de parte de los materiales impropios (metales y plásticos), para su posterior traslado mediante palas excavadoras a las trincheras de compostaje.

Aguilar estima que dentro de una semana o diez días «empezará a salir [hacia el vertedero de la firma Xiloga] el primer material que se metió en la planta procedente de Fandicosta». El proceso de higienización, recalca, «elimina todo riesgo de contaminación microbiológica», con supervisión de los servicios de inspección de la Xunta de Galicia.