Cuando la fotografía es dignidad

FERROL

ángel manso

Personas sin hogar hacen visitas guiadas a la muestra «Hazme visible», con imágenes tomadas por ellos mismos

20 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta el 31 de enero • Ateneo • Para visitas guiadas hay que llamar al 699 308 823 o al 981 35 79 70 •

«¿Que para que nos sirvió asistir a un curso de fotografía y montar esta exposición? Para mí ha sido una forma de descubrir el tesoro que todos los seres humanos llevamos en nuestro interior. Con imágenes es más fácil mostrar lo que a veces no se puede transmitir con palabras», dice Moisés, un portugués con alma de filósofo. Él es una de las once personas sin hogar o en riesgo de exclusión social que firman la exposición de fotografía Hazme visible, inaugurada por Cáritas el pasado mes de diciembre en el Ateneo Ferrolán, donde aún se puede ver hasta finales de mes.

 La apertura de la muestra fue el colofón de un curso de fotografía al que asistieron esas once personas sin hogar. Y ahora son ellos mismos -junto a la coordinadora del proyecto, Pilar Lourido- quienes se encargan de hacer de «cicerones» en el programa de visitas guiadas a la exposición que se acaba de poner en marcha.

«Asistir al curso y haber sido capaces de montar una muestra como esta ha significado mucho para ellos. En este caso, la fotografía se ha convertido en un elemento terapéutico; gracias a ella se han vuelto a sentir partícipes de la sociedad y les ha aportado dignidad, seguridad, confianza», comenta Lourido. Esas mismas palabras -dignidad, seguridad, confianza- se repiten en boca de los protagonistas de Hazme visible, un proyecto que no hubiese sido posible sin la colaboración de José Pardo, Ángel Manso, César Toimil, Carlos Carballeira, Kiko Delgado y Daniel Alexandre, los fotógrafos que impartieron el curso.

A Miguel, que se quedó sin techo cuando perdió su trabajo, la experiencia le ha servido para volver a sentirse «realizado». «Cuando estás en la calle te ves destruido y con esta exposición me he vuelto a sentir valorado», comenta. A Rubén le permitió descubrir sus «habilidades creativas» y romper con la monotonía de una vida en la calle a la que llegó tras romper el vínculo con su madre -«ella era mi timón y al faltarme ella el barco se fue a la deriva»-... Y Jorge valora, sobre todo, la oportunidad que le brindó el curso «para aprender cosas nuevas».

Las imágenes que conforman la exposición y que se exhiben en simbólicos soportes de cartón -lo único que a veces percibe la sociedad de los sin techo, pero que aquí, en cambio, les da visibilidad- reflejan miradas diferentes. Las de Moisés, por ejemplo, esconden mensajes ocultos que él se encarga de revelar. Apunta con el dedo una imagen de sombras en el suelo y esboza una sonrisa: «Esta foto es para pensar, porque todos tenemos días claros y días oscuros, alegrías y tristezas... Son las sombras de la vida».