El director de la comunidad terapéutica de Asfedro, Alfonso Carballal, constata el incremento del consumo de heroína en el último año.
-¿En qué se nota ese aumento?
-Lo que está aumentando es el número de inicios, de gente que acude por primera vez a Asfedro, como unidad de referencia en materia de lucha contra el consumo de drogas. Algunos ya vienen directamente, sin pasar antes por el médico ni por la Unidad de Salud Mental.
-¿Hay diferencia entre el consumidor de heroína de ahora y el de los años ochenta?
-Ahora vienen personas con un puesto de trabajo que fuman heroína. Es gente de veintimuchos o treinta y pico años, que son policonsumidores y llevan un recorrido en el que van acumulando sustancias, hasta que se quedan con dos o tres, pero este consumo ya no está relacionado con la delincuencia.
-¿Además de ser más barata, hay alguna otra razón para la vuelta a la heroína?
-En los años ochenta la heroína inyectada dejó tras de sí un amplio colectivo de gente marginal. Después vinieron los problemas con los contagios del VIH y la hepatitis. Ahora ya no hay ese problema, porque la droga no se inyecta, y el consumo aumenta por que la gente tiene menos miedo, porque no recuerda esa época.