Los productores reclaman mejores precios y la industria defiende la competitividad

a. c. / c. l. AS PONTES

FERROL

La propuesta de montar una fábrica de pasta de papel gallega fue muy aplaudida

27 may 2016 . Actualizado a las 12:03 h.

La caída de los precios de la madera -de 35 euros por tonelada en 2013 a 27, con la previsión de un euro más de descenso a partir de julio, en el caso del eucalipto globulus; y seis euros menos en el pino destinado a la fabricación de tableros- planeó sobre el debate de ayer. El presidente de Promagal, Ramón Reimunde, situó a los propietarios forestales como «os remeiros do barco, os que proporcionan a materia prima e os que menos gañan». «O país ten uns montes magníficos, a produción más alta do mundo e de altísima calidade. Outra cousa é que non o manexen ben, o país non ten a culpa e o minifundio tampouco», opinó. El secretario general de Finsa, José Carballo, advirtió de que «la industria que nos queda está en retirada (...), ha desaparecido alguna de las actividades de mayor valor añadido porque no es competitiva o porque no hay madera de la calidad y el precio adecuado». Destacó que durante la crisis han cerrado varias fábricas gallegas de tablero e incluso el último aserradero que se había montado en la comunidad (hace tres décadas).

Carballo alertó de la recesión de la industria y cuestionó que Galicia sea «ni tenga la posibilidad» de convertirse en potencia forestal, puesto que solo algún eslabón de la cadena -mencionó las empresas de servicios de silvicultura, trabajos forestales, tala, acopio o acarreo- alcanza «la excelencia». El representante de Ence, Alejandro Oliveros, más optimista, se refirió al eucalipto globulus gallego «como la creme de la creme de calidad en Europa para pasta de papel». Insistió, sin embargo, en que la competencia de Brasil o Chile, «con costes de producción mucho menores que los nuestros», obliga a «mejorar, aumentar la producción y evitar el abandono de la gestión». Oliveros rebatió la bajada de precios criticada por Reimunde, que circunscribió a algún contrato aislado, y destacó «el sistema transparente de precios» de Ence, que indexa el valor de la madera a la cotización internacional de la pasta de papel. Para conseguir «un sector competitivo», concluyó, «es muy importante que los propietarios se pongan de acuerdo y se organicen en cotos redondos, así ganarán más porque reducimos los costes y esa mejora se comparte con el productor».

 «A aposta pola madeira é segura, se traballamos con eficiencia, transformándoa aquí, xerando emprego e riqueza», sentenció el responsable de Finsa. Reimunde cifró en tres millones de toneladas el excedente de eucalipto que queda cada año sin cortar en los montes gallegos y sugirió As Pontes como «sitio idóneo para montar unha fábrica de pasta de papel galega, que cotice en Galicia». La propuesta levantó el aplauso del público congregado en el auditorio pontés. La industria se quejó de las trabas administrativas -fianzas, avales y permisos- que soporta la actividad forestal. El regidor pontés, Valentín González, y sus homólogos de Cedeira, Pablo Moreda, y Ortigueira, Juan Penabad, justificaron la regulación, a través de ordenanzas municipales, por los destrozos causados en las pistas forestales.