«El no alarmar a la población no tiene que ser disculpa para despreocuparse»

FERROL

MARTINA MISER

El experto considera más grave el problema de As Forcadas que el de los trihalometanos

26 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Arroja luz sobre un tema que la última semana ha estado en boca de todos, de expertos y profanos. El catedrático de Zoología Fernando Cobo (Santiago, 1960), director de la Estación de Hidrobioloxía de la Universidade de Santiago y presidente de la Asociación Galega de Investigadores da Auga (Agaia) aclara las dudas que mantienen en vilo a los ciudadanos Ferrolterra. Explica que la situación de As Forcadas no tiene por qué estar relacionada con la crisis de los trihalometanos, pero que ambos sucesos son «preocupantes».

-¿Qué pasa en As Forcadas?

-Hay un problema antiguo, de hace años, que es la proliferación de cianobacterias. En determinadas circunstancias, no siempre, pueden producir toxinas, que afectan al sistema nervioso, al hígado, a la piel... La toxicidad varía, dependiendo de los meses, de la temperatura, de los niveles de fósforo y de distintas condiciones químicas. Sobre todo en verano, a veces la cantidad disuelta en el agua supera el límite de la Organización Mundial de la Salud. Normalmente está por debajo, pero es muy variable. Hay que hacer un control de toxicidad lo más rápido posible. La vigilancia tiene que ser continuada a lo largo del año.

-¿Guarda alguna relación ese incremento de cianobacterias con la restricción del consumo registrada en Ferrolterra?

-No. Lo que sucedió es que se han detectado niveles superiores a los recomendados por la normativa europea de más de 100 microgramos por litro de trihalometanos. Son compuestos que se producen por la reacción del cloro que se echa para potabilizar el agua y la materia orgánica... pero no toda la materia orgánica. Las cianobacterias en principio no son el precursor de los trihalometanos, que se podrían haber formado solo porque haya materia orgánica procedente de otras fuentes. No tienen por qué estar relacionadas las dos cosas. Pero los dos sucesos son preocupantes desde el punto de vista de la potabilización y se producen simultáneamente. Desde el punto de vista toxicológico, para mí es más grave el problema de las cianobacterias y las cianotoxinas que el de los trihalometanos.

-¿Se ha alarmado demasiado? ¿Se ha sido excesivamente estricto al restringir el consumo?

-No, no, de ninguna manera. Con las cosas de comer no se juega. El agua de suministro a la población debe ser la prioridad absoluta de cualquier persona. La OMS suele marcar los niveles guía para una persona estándar. Pero no estamos hablando de un lactante, un anciano o una persona inmunodeprimida. Por eso hay que tener mucha precaución con estas cosas. Y no utilizarlo como tema arrojadizo, estamos hablando del bien de todos.

-¿Hay alguna periodicidad marcada para los análisis?

-Lo que suelen hacer es ceñirse a la normativa, que dice que se debe mantener la vigilancia. Los trihalometanos son compuestos emergentes y hace relativamente poco que han comenzado a entrar en la legislación. Todavía no hay muchas pruebas científicas de su efecto en la salud. Pero esto no debe servir como justificación de relajar la vigilancia.

-El nivel de trihalometanos, ¿aumenta todos los veranos?

-No necesariamente tiene que ser así. Pero la reacción del cloro con la materia orgánica depende de la temperatura. Y en verano hay temperaturas más altas que favorecen la reacción. Sucede cuando se excede en la cloración por riesgo o por miedo de evitar otro problema. Y al ponerlo, es cuando estás forzando la reacción. Pudo haber pasado algo así. No sé cada cuánto tiempo se están midiendo los trihalometanos. Estas sustancias son peligrosas en su uso crónico. Es muy difícil que haya una intoxicación aguda. Pero lo que sí se produce es una intoxicación crónica: dosis pequeñas pero mantenidas en un tiempo prolongado.

-Precisamente se aducía que los daños solo se producían con ingestas masivas varias décadas...

-Es así. No se va a empezar a enfermar y a morir la gente por los trihalometanos. Ojo con las cianobacterias, que son bastante más tóxicas si producen toxinas. Pero ¿quién me dice a mí que no han pasado ya treinta años? Por eso es importante saber desde qué momento se controla. El no alarmar a la población no tiene que ser disculpa para despreocuparse. Las declaraciones cruzadas lo que crean es desconfianza. Y en el suministro de agua lo más importante para que la gente esté tranquila es la confianza.