Navantia sella un preacuerdo con la vasca Ondimar para tres petroleros

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

CEDIDA

La obra, que podría ampliarse a seis barcos, se repartirá entre Ferrol y Cádiz

10 mar 2015 . Actualizado a las 14:13 h.

Navantia dio ayer un nuevo paso en el proceso para hacerse con un contrato de fabricación de tres buques petroleros, con opción a otros tantos más, para la naviera vasca Ondimar Transportes Marítimos, perteneciente al grupo Ibaizábal. Representantes de la compañía y de los astilleros públicos españoles firmaron en Madrid un acuerdo de intenciones para avanzar en la adjudicación de ese encargo. Según informó Navantia, se ha sellado una carta de intenciones para la construcción de tres petroleros del tipo Suezmax, diseñados especialmente para navegar por el canal de Suez, que presenta unas condiciones especiales de calado.

Con el preacuerdo, ambas partes sellan su disposición a culminar unas negociaciones que fijen las características técnicas de los nuevos barcos y con «precios internacionales para este tipo de buques». Es decir, Navantia está obligada a presentar una oferta económica competitiva en un mercado que está dominado por los astilleros asiáticos y del que las factorías públicas españolas están excluidas desde hace un cuarto de siglo.

De ahí que la empresa que preside José Manuel Revuelta haya optado por sellar una alianza con una factoría coreana, con el fin de poder presentar una oferta atractiva tanto en coste como en cumplimiento de los plazos de fabricación. El socio asiático suministrará el diseño del navío y también equipos y materiales. Es una fórmula inédita para los astilleros españoles, pero que, según la empresa pública, ya ha sido utilizada por compañías navales americanas y europeas.

El papel de Navantia de subcontratista en este posible encargo suscita, no obstante, división de opiniones en el naval ferrolano. Los críticos sostienen que la empresa pública únicamente será prestamista de mano de obra y con unos costes muy inferiores a los que maneja actualmente. Los defensores saludan la recuperación de ese mercado, que sin la alianza asiática sería imposible de conseguir.

Aunque no ha trascendido qué importe tendría el contrato -y qué parte repercutiría en Navantia y cuál en la factoría asiática- sí se conocen las principales características técnicas de los buques, marcadas por su paso por el mencionado canal. Así, suelen tener unas 160.000 toneladas de peso muerto, una manga (ancho) de 50 metros, y una altura y unos calados máximos de 68 y 20, respectivamente.

Navantia, que prevé cerrar este contrato a corto plazo, ha establecido un reparto de la carga de trabajo que generará el pedido entre los astilleros de Puerto Real (Cádiz) y los de la ría de Ferrol. También habrá una parte de los buques que venga ya fabricada de Asia. Fuentes del sector apuntan a que el plazo de ejecución de los buques podría rondar los cuatro años.

La naviera Ondimar cuenta con otros tres barcos petroleros, el Monte Toledo, Monte Granada y Monte Umbe.

Renegociando el convenio

Por otro lado, Navantia informó ayer a sus comités de empresa del inicio de un nuevo proceso negociador del cuarto convenio colectivo, después de que la Audiencia Nacional lo anulase tras una reclamación de Comisiones Obreras y la CIG. La empresa ha recurrido el fallo ante el Tribunal Supremo.

Una cartera aún insuficiente para mantener ocupada a su plantilla

Navantia logró el pasado año sus primeros contratos tras la sequía de seis años sin recibir encargos. En la ría ferrolana se fabrica el flotel para la petrolera mexicana Pemex y han comenzado las tareas de cortado de las primeras planchas de acero del Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada española. Además, está previsto que en pocas semanas se inicie la fabricación de 29 jackets para la eléctrica Iberdrola, que se desarrollará hasta el próximo año.

Sin embargo, la ocupación que están generando estos pedidos está lejos de llenar todas las capacidades de los astilleros de Fene y Ferrol, y también de las cifras de ocupación que se divulgaron cuando se firmaron los encargos. Así, en el flotel de Pemex solo están trabajando aún alrededor de 300 empleados de firmas auxiliares, y el ritmo de fabricación del BAM es lento, ya que cuenta con un plazo de ejecución muy dilatado para el buque de pequeño porte que es.

Subactividad este año

En una reunión mantenida por la cúpula de la compañía en Madrid a finales del pasado año, Navantia asumió que, pese a los encargos presentes, aún presentará durante todo el presente ejercicio un grado de subactividad que repercutirá negativamente en sus cuentas, con un gasto de 70 millones de euros. Durante el pasado ejercicio, solo el 56 % de su plantilla directa tuvo faena y, aunque espera elevar esa cifra durante este ejercicio hasta el 76 %, asume que no contará con ocupación plena para su censo de empleados, 2.400 personas en la ría.