«Entendemos las quejas y tratamos de acabar lo más rápido posible»

R. Pita, M. Meizoso FERROL

FERROL CIUDAD

José Piñeiro en el interior de una pieza del gran colector que se soterrará en Irmandiños.
José Piñeiro en el interior de una pieza del gran colector que se soterrará en Irmandiños. josé Pardo< / span>

El ingeniero confirma que Irmandiños reabrirá en primavera

01 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un ferrolano está al frente de una de las obras de mayor trascendencia para la ciudad: la ejecución de la red de saneamiento. José Piñeiro Aneiros (Ferrol, 1975), es el ingeniero director del proyecto ejecutado por Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) -sociedad estatal dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente- que mantiene levantada parte de la ciudad, aunque por una buena causa: que Ferrol deje de verter sus aguas residuales a la ría. Trabajan en ello 150 personas. Y será necesario invertir más de 53 millones. Piñeiro comprende las molestias ciudadanas y confirma que a finales de año la actuación quedará completada.

-La pregunta del millón: ¿cuándo va a estar conectada la ciudad a esa red en su totalidad?

-Actualmente ya está conectada una parte, desde el Cantón a A Malata. Es decir, los barrios de A Magdalena, Ferrol Vello y gran parte de Canido ya se encuentran conectados a la estación de bombeo y de ahí a la depuradora de cabo Prioriño. El plazo está en finales de este año.

-Se mantiene, entonces, en otoño...

-Sí, las tres obras que tenemos en marcha irán terminando secuencialmente y la idea es que entre finales de verano y finales de año terminen.

-¿Tienen cuantificados cuántos vecinos depuran ya sus aguas?

-En torno a unos 10.000 habitantes actualmente.

-¿Por qué es tan compleja esta actuación?

-La principal complejidad que tiene es que está en un entorno sumamente urbano, nos movemos por el medio de la ciudad, por zonas con un montón de condicionantes, tanto arqueológicos como de los propios servicios a los ciudadanos. En Irmandiños tenemos que mantener el servicio a los mercados y a los distintos aparcamientos. Al mismo tiempo estamos instalando colectores de gran diámetro, de hasta dos metros, y a unas profundidades importantes para poder recoger todos esos vertidos que iban directamente al mar. Estamos con cuatro metros de profundidad y maquinaria muy pesada por lo que dentro de la ciudad es lento y complejo ir moviéndose y avanzando.

-¿Se han encontrado más imprevistos de los que esperaban?

-Sí, la verdad es que en algunas zonas sí. La de la calle Irmandiños ha tenido muchos imprevistos. Son normales y difíciles de prever, porque no sabemos lo que hay debajo del subsuelo, y más en una zona por la que estamos pasando y no han pasado prácticamente desde el siglo XVIII. Nos estamos encontrando con canalizaciones que estaban en servicio que estaban datadas del XVIII y del XIX, que estaban en funcionamiento, y que la posición de dónde está no se conoce hasta que podemos excavar y detectarla. De ahí que muchas veces tengamos que hacer ajustes en los trazados que teníamos previstos e incluso pedir piezas especiales a fábrica para las canalizaciones, lo cual genera retraso respecto a una obra que no tuviese estos condicionantes.

-Es la explicación, entonces, a por qué ha habido tanto retraso en ese punto...

-Sí, el principal retraso se ha debido a eso. En cuanto empezamos a detectar estas incidencias, se hizo un estudio con georradar para intentar predecir dónde podíamos encontrarnos esos restos. Nos permitió después hacer catas y evaluar si era un resto arqueológico o solo una roca o una piedra, para poder esquivar en el trazo del colector esos restos.

-¿Cuándo quedará Irmandiños libre de obras?

-Los imprevistos son difíciles de prever, pero mantenemos el plazo que hemos dado a finales del año pasado de terminar para la primavera. Estamos intentando avanzar lo más rápido posible.

-¿Entiende las quejas de vecinos y comerciantes?

-Sin duda. Las entendemos, las comprendemos e intentamos mitigarlas, pero al final a veces es muy difícil. Lo que está claro es que cuando tenemos un retraso, por alguna razón objetiva, nuestra intención siempre es intentar molestar lo menos posible. Hemos intentado mantener el servicio a los mercados. Pero no se puede aunar todos los condicionantes y solventarlos todos. Nosotros lo entendemos y nuestra intención ahora mismo es acabar lo antes posible para causar las mínimas molestias.

-¿Qué porcentaje de avance tienen los trabajos?

-Más o menos estamos llegando al ecuador de las obras, en términos medios estamos en el 40 % de avance.

-¿Qué personal y presupuesto requiere esta obra?

-Aproximadamente, el personal que está trabajando estos meses suma unas 150 personas, entre técnicos, operarios, contratistas... En cuanto a la inversión total se sitúa en 53,4 millones de euros.

-¿Qué supone para un ferrolano estar al frente de este proyecto tan demandado durante tanto tiempo?

-A nivel personal, es una satisfacción. Evidentemente, la mejora de la ría de Ferrol es una cosa que todos los ferrolanos llevamos demandando desde hace muchos años y contribuir desde mi posición de director de las obras a conseguirlo es una satisfacción.