Solicitan prisión provisional para el detenido que casi viola a su empleada

FERROL

Entrada del Juzgado de Guardia, donde compareció.
Entrada del Juzgado de Guardia, donde compareció. césar toimil< / span>

La víctima no compareció para declarar ante el Juzgado de Instrucción número 2

30 ene 2015 . Actualizado a las 12:06 h.

El hombre que fue detenido el miércoles por la Policía Local cuando estaba a punto de violar a su empleada y expareja en el bar del que es propietario en la calle Río Castro pasó ayer a disposición judicial. Primero lo hizo en el Juzgado de Guardia, donde compareció por un presunto delito de atentado tras las amenazas y el forcejeo con los agentes en el momento de su arresto.

Y después, se personó ante el Juzgado de Instrucción número 2 -que tiene asignados los casos de violencia de género- para responder de su imputación por un delito de lesiones sobre la mujer. En esta última comparecencia, el fiscal pidió la prisión provisional hasta la celebración del juicio. Y solicitó esta medida por varias razones.

Una de ellas se basa en el propio indicio del delito y su autoría, que no es debatible dado que la policía lo pilló in fraganti y a punto de cometer la violación. Pero también la pidió a efectos de protección de la mujer tras el episodio del que fue víctima y por su tendencia a la reincidencia a la hora de cometer este tipo de delitos.

 

Ya tiene dos condenas

Y es que este hombre ya cuenta con antecedentes en materia de violencia de género, puesto que ha sido condenado anteriormente en otras dos ocasiones y quebrantó una medida cautelar. No obstante, ninguno de sus antecedentes está relacionado con la mujer a la que golpeó y que casi viola de no ser por la irrupción de la Policía Local. Alrededor de las cinco de la madrugada del miércoles, la patrulla recibió un aviso en el que la sala les informaba de que un vecino había llamado para alertar de que estaba escuchando gritos procedentes del interior de un bar.

Cuando llegaron el local tenía la verja bajada y las luces apagadas. Tampoco se oía nada fuera, por lo que parecía difícil que ocurriese algo en el interior. Sin embargo, un viandante insistió en que allí dentro estaba ocurriendo algo, por lo que los agentes decidieron entrar en el establecimiento. Al fondo, se encontraron con este individuo tapándole la boca a su empleada y agarrándola por el cuello. Ambos tenían los pantalones a medio bajar y él estaba a punto de violarla. Cuando intentaron identificarle para proceder a su detención, saltó como un resorte.

Cogió el cuchillo con el que ella se había intentado defender previamente y amenazó a los agentes, a los que intentó agredir. Finalmente fue arrestado y trasladado al Hospital Arquitecto Marcide, donde permaneció durante prácticamente toda la mañana. Como ambos presentaban lesiones a consecuencia de los golpes que se profirieron -de hecho él tenía la boca ensangrentada producto de una patada de su víctima-, los policías también llevaron a la mujer al Punto de Atención Continuada (PAC). Tan asustada estaba ella en el momento de la intervención policial, que salió corriendo despavorida y la alcanzaron dos calles más abajo presa del pánico. Ayer no se personó ante el Juzgado de Instrucción número 2 para declarar.