Tensa espera por ochenta permisos

Andrés Vellón Graña
andrés vellón FERROL / LA VOZ

FERROL

Un momento de la concentración que tuvo lugar ayer en la plaza de Armas.
Un momento de la concentración que tuvo lugar ayer en la plaza de Armas. ángel manso< / span>

Furtivos que quieren legalizar su situación. El alcalde media de nuevo en el conflicto y templa ánimos hasta el lunes

28 nov 2014 . Actualizado a las 11:56 h.

Los mariscadores sin carné -rechazan el calificativo de furtivos pese a faenar sin autorización- siguen en tensa espera. Dos de sus portavoces, Carlos Noguerol y Juan Antonio Castro, volvieron a reunirse ayer con el alcalde, José Manuel Rey, que media con la Consellería do Medio Rural e do Mar. Como telón de fondo, la obtención de permisos para, aseguran, poder regularizar su situación.

¿Cómo fue la jornada?

A las once de la mañana, los dos portavoces del colectivo se reunieron con el regidor mientras unas cuarenta personas -menos que en la jornada anterior en la protesta ante la Xunta- esperaban respuestas con pancartas, consignas y bocinas.

¿Qué se logró?

Rey Varela informó a los portavoces que continúa con sus gestiones ante la Consellería do Medio Rural e do Mar para obtener algún tipo de respuesta. O, en otras palabras, saber si es viable o no otorgar esos permisos nuevos, que corresponderían a la cofradía de Ferrol. Templó, en principio, los ánimos. Los representantes de los mariscadores fuera de pósito señalaron que «somos gente confiada, vamos a esperar a que nos llame y si no cumple o miente tomaremos otra serie de medidas». Se les informará, dijeron, «la semana que viene».

¿Cuál será el nuevo paso?

Aunque el alcalde dejó claro que no ha fijado una fecha y que trasladará la comunicación oportuna cuando esta le llegue, los mariscadores sin carné se citaron para el lunes a mediodía en la plaza de Armas, entendiendo que será en esa jornada cuando, de nuevo, serán convocados sus portavoces. En función de lo que se les diga, actuarán de uno u otro modo.

¿Cuántos carnés se solicitan?

Tanto Carlos Noguerol como Juan Antonio Castro coinciden en señalar que se pueden habilitar ochenta permisos dada las amplias zonas de la ría que se pueden trabajar. El sector de a a pie de la cofradía ferrolana es testimonial, con un solo socio. Por ahí es por donde se pretende abrir el hueco legal. Se recordó también que el marisco de las áreas C sacado a pie puede trasladarse a las bateas para su depuración igual que el que se saca a flote por parte de los socios de las cofradías.

¿Dejarán de trabajar de modo furtivo hasta que se les ofrezca contestación?

No. Así lo indicaron ayer. Aseguran que necesitan ingresos «para poder comer» y que «quieren tratarnos como a delincuentes cuando solo pedimos un trabajo, como tantos otros».

¿De quién depende esta concesión de permisos?

De la Consellería do Medio Rural e do Mar, que es la que tiene que autorizarlos en los planes de explotación.

¿Qué dice la Xunta?

El Gobierno gallego señala que «o furtivismo é unha actividade ilegal» y que trabaja para que sea tipificado como delito si se produce de forma reincidente. Sobre el duro trato que, denuncian los mariscadores furtivos, reciben en la marea por parte de la policía -«nos golpean y nos dejan desnudos-» señala el Gobierno gallego que «se nalgún momento houbo enfrontamentos é porque os furtivos mostráronse violentos e agresivos coas forzas de seguridade e cos axentes de gardacostas».

¿Cómo concluyó la jornada ayer tras el encuentro en el Concello?

Hubo división de opiniones. Una parte de los concentrados en la plaza de Armas optaban por esperar a la mediación del alcalde, como finalmente se pactó que se haría, y otra reclamaba garantías inmediatas y otras medidas.

¿Solventarían esos permisos el furtivismo?

No. Los mariscadores sin carné que están protestando durante estas jornadas y han sacado a la luz su situación y peticiones no son todos los ilegales de la ría. Ni mucho menos. Se generarían, eso sí, nuevos puestos de trabajo en regla. Pero, además, la concesión de permisos responde a baremos públicos, por lo que si la Xunta aceptase darlos no tendrían que ir a parar a las personas que los demandan protestando, a menos que se medie otra solución. La tensa espera, por lo tanto, continúa. Y la consecución de un acuerdo se antoja difícil.