Crece la tensión entre la Xunta y los furtivos que quieren legalizarse

Andrés Vellón Graña
andrés vellón FERROL / LA VOZ

FERROL

Representantes de los mariscadores furtivos dialogan con los agentes en el edificio de la Xunta.
Representantes de los mariscadores furtivos dialogan con los agentes en el edificio de la Xunta. josé pardo< / span>

Los mariscadores alertan de medidas «drásticas» si no logran respuestas

27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de sus primeras movilizaciones, de dar la cara para reclamar que se legalice su actividad irregular en la ría de Ferrol y de llegar, incluso, a mantener recientemente una entrevista con el alcalde, José Manuel Rey, ayer algo más de medio centenar de furtivos volvieron a hacer pública su situación y sus peticiones.

Movieron ficha y elevaron el nivel de tensión, ante la falta de respuesta de las administraciones, de varios modos. Primero con una concentración ante el edificio de la Xunta. Luego, en el interior, los portavoces del colectivo no lograron ningún compromiso de la representante de la Consellería do Medio Rural e do Mar. Con los ánimos espoleados y el expatrón mayor de Ferrol, Bernardo Bastida, erigiéndose como líder de las protestas y aconsejando los pasos a dar, tocó ir por el centro hacia el Concello en improvisada manifestación en la que recibieron el apoyo de varios viandantes.

Luego, ya al mediodía, concentración en la estancia de acceso a la consistorial con pancartas, gritos y dos compromisos firmes. Al no estar el regidor en el Concello, regresarán hoy a las once de la mañana para entrevistarse con él. Y, antes, puede haber ya «alguna acción» de carácter reivindicativo. Y más fuerte que las abordadas hasta ahora.

Antes de entrar en el edificio de la Xunta, Carlos Noguerol; Amador Vázquez; y Juan Antonio Castro pusieron voz a las demandas de los furtivos, que quieren dejar de serlo. Solicitan «trabajo, no para ochenta personas sino para ochenta familias» y alertaron de medidas «más drásticas» si es necesario. «Como cualquier trabajador». Entienden que la productividad de la ría permite legalizar su situación y que el Gobierno gallego tiene que dar una solución «sí o sí» a sus demandas. Pero, de momento, la respuesta es que «en cada marea hay tres furgones de policía para pegarnos y dejarnos desnudos».

La respuesta

La réplica de la Consellería do Medio Rural e do Mar, que no recoge el guante, fue también dura. Fuentes oficiales del mencionado departamento, consultadas sobre lo sucedido ayer y las demandas planteadas, apuntaron que «o furtivismo é unha actividade ilegal que supón un grave risco para a saúde dos consumidores, xa que se poñen no mercado produtos fóra das canles legais e que non cumpren cos requisitos hixienico-sanitarios para a súa comercialización». Añadieron que, además, esta actividad «supón un agravio comparativo para os profesionais que traballan dentro da legalidade, pagando os seus impostos». Sobre las acusaciones de maltrato policial apuntaron que «se nalgún momento houbo enfrontamentos é porque os furtivos mostráronse violentos e agresivos coas forzas e corpos de seguridade e cos axentes de gardacostas».

Tipificación como delito

Y los operativos siguen. El martes se identificó a siete personas, se les requisó material y se les incautaron 75 kilos de marisco. La consellería «traballa para que se analice a posibilidade de que o furtivismo reincidente sexa tipificado como delito co obxectivo de evitar esta lacra e de defender o traballo legal e responsable».

Así, los puntos de encuentro entre las partes no existen, el conflicto se recrudece y la jornada de hoy se antoja compleja y con los ánimos caldeados.

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