Cerebrines

Beatriz García Couce
Beatriz Couce EN LA GRADA

FERROL

27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una comarca de soldadores, armadores y tuberos, herederos de una tradición centenaria que ha ido celebrando los bautismos de mar de gigantescos barcos y plataformas. Todo un censo de trabajadores con oficios manuales que han sabido adaptarse a los retos tecnológicos que la industria naval ha requerido en los últimos años.

Pero esta es también una ciudad desde la que fluye la innovación. Con pequeñas empresas que se baten en duelo por sacar adelante sus productos y proyectos, no siempre bien entendidos, con escasos recursos y muchas trabas. Porque para el postureo a las administraciones le queda siempre muy bien hablar del I+D+i pero la apuesta real en este ámbito es más bien escasa. Solo hay que ver la fuga de talentos hacia otros países y los sueldos irisorrios -con becas que me parecen insultantes para personas que en algunos casos están trabajando en avances que pueden cambiar nuestras vidas- que perciben los investigadores.

Son cerebrines made in Ferrol, que articulan avances tecnológicos en distintos ámbitos, y que ponen su conocimiento al servicio de los demás, muchas veces con pequeñas aplicaciones prácticas pero con muchas ventajas para sus usuarios.

Es por ello inconcebible que una instalación como el Centro de Innovación y Servicios, el CIS, continúe sin proyecto y sin un contenido claro, pese a que en los últimos años la Xunta no ha dejado de insistir en que iba a definir su estrategia en el marco de la Axencia Galega de Innovación. Un lujo que Ferrolterra no debería permitirse.