PSOE y BNG ven «electoralista» la bajada del IBI y Rubido dice que ya se ha reducido este año

ana f. cuba CEDEIRA / LA VOZ

FERROL

La tasa de las terrazas se aplicará solo cuatro meses, de junio a septiembre, y supondrá unos 280 euros de media por local

15 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La oposición tildó de «medida electoralista» y «tomadura de pelo» la bajada del tipo impositivo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que pasa del 0,55 al 0,48 (rústico) y de 0,55 a 0,53 (urbano), un año después de que el gobierno local lo elevara, también con el rechazo de PSOE y BNG. El socialista Manuel Pérez Riola incidió en la comparación con concellos como Cerdido o Narón, con una carga menor; su compañero José Luis Vergara criticó «o catastratazo»; y la nacionalista María José Rodríguez lamentó que «non tiveran en conta á oposición nin á cidadanía».

El alcalde, el popular Luis Rubido, se limitó a reprocharle a Vergara «que non faga autocrítica». Tras el pleno insistió en que «la mayoría de los recibos ya han sido más bajos este año». Y justificó la reducción del tipo para «seguir neutralizando el impacto de las valoraciones catastrales». La oposición esgrimió idénticos argumentos para votar contra la bajada del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica, «que primeiro se subeu». Rubido recalcó que el tramo de menor cilindrada (la mayoría de vehículos) no se había incrementado antes.

El PP también se quedó solo en la revisión de la tasa de las terrazas. Vergara y Rodríguez criticaron la falta de regulación sobre la ubicación de mesas y sillas. Al concejal socialista le extrañó que solo se aplique por cuatro meses y habló de «finalidade exclusivamente recaudatoria» y «alegalidade»; y la edila nacionalista aludió «ás arbitrariedades ao aplicar a taxa». Rubido admitió la necesidad de un reglamento y explicó que solo se cobrará por el verano como en otros sitios. La tasa supondrá unos 280 euros de media por local (15 mesas), «mucho menos que otros concellos».

Iglesia de Piñeiro y sala Áncora

PSOE y BNG también se opusieron a la retirada de sendos reparos del interventor a los proyectos de acondicionar el entorno de la iglesia de Piñeiro y la sala Áncora. En el primer caso, «porque van facer unha obra en terreo alleo, da Igrexa, e por tanto, incurren nunha ilegalidade», adujo Vergara. Rodríguez aprovechó para echarle en cara al gobierno local que no haya convocado «nin unha soa vez no que vai de mandato» la comisión de urbanismo para el seguimiento del Plan Xeral. Ambos coincidieron, no obstante, en el interés de ejecutar la obra, pero siguiendo los cauces y la tramitación que se exige a los ciudadanos.

El técnico municipal informó en contra porque la obra prevista afecta a suelo clasificado como no urbanizable y por carecer de autorización de Patrimonio, entre otras razones. El alcalde aseguró que «coa construción do atrio fíxose o deslinde entre público e privado e non hai dúbida sobre a titularidade» y defendió la importancia de esta actuación.

En cuanto a la sala Áncora, que el ejecutivo cedeirés pretende acondicionar para su uso como centro de ocio juvenil, el interventor constata que «non figura como edificio» y por tanto no podría rehabilitarse con cargo al remanente municipal. Rodríguez abogó por «corrixir os erros» antes de acometer una obra, de la que es partidaria, igual que Vergara, que pidió «cumprir a Lei». El regidor indicó que la sala Áncora no aparece en el inventario municipal «porque o PSOE (cando gobernaba) non a meteu)».