Los servicios, infraestructuras y comunicaciones atraen a una población joven y urbana
17 oct 2014 . Actualizado a las 19:31 h.En una comarca especialmente castigada por la crisis económica, la falta de trabajo, el emigrar de los jóvenes y la pérdida de población y su consiguiente envejecimiento, el municipio de Narón ha sabido darle la vuelta. El Concello naronés acaba de celebrar el homenaje a Alejandra, un bebé de apenas meses que se ha convertido en el símbolo del crecimiento imparable que ha vivido el municipio, transformándose hasta convertirse no solo en la octava ciudad de Galicia, sino en un motor para la comarca de Ferrolterra. Su nacimiento supuso que el municipio alcanzase la ansiada cifra de los 40.000 habitantes, un hito que acaban de celebrar con la campaña Narón, 40 mil razóns, que todavía sigue en marcha a través de las redes sociales y en la que los propios vecinos protagonizaron un emotivo anuncio, y con el acto de entrega de la credencial acreditativa a Alejandra.
En los años sesenta arrancó este despegue hasta el momento imparable. Entonces, mientras los vecinos recuerdan que Narón era un municipio principalmente rural y con las zonas ahora urbanas sin apenas desarrollar, comenzó una emigración de familias de otros concellos del entorno atraídos por todo lo que conlleva una urbe «en construcción». El gobierno naronés apostó años después por convertirse también en reclamo para industrias y empresas al amparo de la reconversión naval que estaban sufriendo los astilleros y con la puesta en marcha de los polígonos industriales. Tras estos años cuenta con tres, As Lagoas, A Gándara y Río do Pozo, este último uno de los más grandes de Galicia y en continúo crecimiento.
A la oferta laboral se suman los servicios, infraestructuras, o comunicaciones que el municipio ha ido ganando al mismo ritmo que los barrios incrementan su población. Freixeiro, O Alto o A Gándara continúan esta tónica de expansión demográfica y urbanística atrayendo a familias jóvenes a establecerse en la zona. Vivienda nueva y más económica que en otros lugares próximos como Ferrol, la accesibilidad y cercanía de espacios comerciales y centros industriales y empresariales, la multitud de parques infantiles o zonas verdes, guarderías y colegios públicos con, y su buena conexión con comunicaciones como la AP-9 o la AG-64, que une Ferrol con Vilalba y conecta con la A-8, son muchos de los atractivos de vivir en Narón que destacan los propios residentes.
«Cando unha familia ven a un Concello valora primeiro que os pisos sexan de calidade e teñan bo prezo, pero o seguinte é mirar qué clases de servizos outorgan. Se hai colexios, hai garderías, qué zonas verdes, qué actividades culturais e deportivas...», explica el alcalde del municipio, Xosé Manuel Blanco. Esto ha supuesto que en los barrios ubicados en la zona urbana residan ya más de 33.000 habitantes de los 40.000 recientemente alcanzados. De esta forma la localidad ha pasado de ser un municipio eminentemente rural a estar en continuo desarrollo con una población mayoritariamente joven -el rango poblacional comprendido entre los 30 y 39 años es el mayor-, y urbana. Desde el Concello también destacan que cuentan con espacio en los barrios céntricos «máis que suficiente» para continuar con el crecimiento.
Mejoras en el rural
Pero en los últimos años el Concello de Narón no solo se ha afanado en crear una ciudad cómoda, atractiva y continuar dotando de servicios a sus vecinos. En todas estas décadas de desarrollo el cambio también ha sido sustancial en las parroquias rurales donde se han incrementando servicios como los colegios rurales, mejorando las carreteras municipales o extendido el abastecimiento y saneamiento.
¿Queda mucho por hacer? Los próximos pasos pasan por la consecución de demandas históricas como la construcción del nuevo centro de salud para dar cabida a todo este incremento de población -para el cual el Concello ya ha cedido los terrenos a la Xunta y está pendiente de firmar el protocolo de actuación-; continuar con las obras para dotar la ría de saneamiento y depuración íntegra; y seguir trabajando en hacer más atractivos y accesibles los núcleos urbanos, con especial hincapié en su conexión para conseguir más espacios peatonales.