El sector turístico ortegano sortea otro verano de actividad «irregular»

ana f. cuba ORTIGUEIRA / LA VOZ

FERROL

ANGEL MANSO

La ocupación hotelera bajó algo en julio y se mantiene estable en agosto

17 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«¿Dónde están los brotes verdes?», se pregunta María del Carmen Pernas, gerente del hotel Herbeira, en Cedeira. Ni ella ni el resto de empresarios del sector consultados advierten signos de recuperación. Pepe Salas, encargado del área de hostelería de la asociación de comerciantes de Ortigueira (ACO), se muestra algo más optimista: «No veo aquel temor y aquellas dudas del año pasado, no escucho lamentos como los últimos veranos. Es como si anduviésemos con el freno de mano puesto y que ahora lo hubiéramos soltado», ilustra.

La ocupación hotelera cayó ligeramente en julio respecto al mismo mes de 2013, según coinciden la mayoría de los entrevistados. Leopoldo Yáñez, propietario del hotel Cabo Ortegal, en Cariño, lo atribuye «a la realidad de la situación económica, que no mejora para que pueda traducirse en más gasto por parte de las familias». ¿El tiempo? «No ha ayudado, pero no creo que sea ese el problema», sostiene. «Desde que abrí el hotel es el año que más gente renunció a quedarse al decirle el precio», asegura. «Es la primera vez que a finales de julio no tenía ningún día de agosto totalmente cubierto», cuenta la responsable del hotel Herbeira.

El 1 de julio también sorprendió a Mónica Nogueiras, al frente del hotel El Castaño Dormilón, en Ortigueira, «porque no había nadie». Los huéspedes fueron llegando poco a poco hasta mediados de mes, cuando comenzó el repunte con la proximidad del Festival Celta y agosto, afirma, «va muy bien». Elena Ramos, responsable de Casa Cabaneiro, en Cerdido, y presidenta de la Asociación para o Desenvolvemento do Turismo de Calidade da Comarca de Ortegal, ve «algo más de ánimo». «Sí es cierto -apunta- que la gente viene con lo justo y a la hora de comer o cenar miran mucho el sitio al que ir o toman un bocadillo».

Las reservas, cada vez más tardías, sobre todo entre los turistas nacionales, contribuyen a la inestabilidad y la incertidumbre, en línea con las últimas temporadas. «El comportamiento es imprevisible, a lo mejor no hay nadie y acabas llenando», constatan varios hoteleros. Algunos señalan el alquiler de pisos, en la mayoría de los casos «en negro», como otro fenómeno que juega en contra del sector, «muy regulado», porque resulta «imposible» competir en precios. En lo que va de verano se consolida el aumento del turismo extranjero. Y las expectativas para el mes de septiembre «son favorables», aunque el factor sorpresa cuenta «y mucho» en esta actividad.