Los 106 años de Isabel Paredes

Andrea Díaz / C. E. FENE / LA VOZ

FERROL

CÉSAR TOIMIL

La mujer disfruta del título de persona más longeva de la localidad

08 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Isabel Carmen Paredes, la persona más longeva de Fene, celebró ayer su centésimo sexto aniversario sin darle mayor importancia. Sin embargo, el constante timbre del teléfono evidenciaba que no era así; a través de él, llegaban las felicitaciones de distintos familiares y amigos.

El Concello de Fene tampoco quiso dejar pasar la oportunidad de hacer llegar sus congratulaciones a esta veterana. El alcalde de la localidad, Gumersindo Galego, y la concejala de Servicios Sociales, Juana Barro, se acercaron al domicilio familiar, localizado en la parroquia de Magalofes, para entregarle una figura de metacrilato con el escudo de la ciudad y un gran ramo de flores a modo de regalo.

Ambos compartieron un ameno rato con la protagonista en la casa en la que reside con su hija, Teresa Paz. Durante la charla, Isabel aseguró que en su dieta diaria sigue incluyendo todo tipo de alimentos. A pesar de haber conseguido alcanzar una cifra tan elevada, sigue pensando que es probable que «no llegue al año que viene». No obstante, relató Isabel en el encuentro, la semana pasada acudió al médico para recibir los resultados de unos análisis de sangre con los que se demostró que a sus ciento seis años goza de «una salud envidiable». Ante este comentario, Galego y Barro bromearon con ella y le garantizaron que, a este paso, Fene saldría en las portadas de los periódicos internacionales cuando la veterana mujer se convirtiera en la persona más anciana del mundo.

Nunca ha residido fuera de Fene

Además, Isabel Paredes es también la mujer que más años lleva residiendo en la localidad, donde nació en 1908 y que nunca abandonó a lo largo de todo este tiempo. En concreto, siempre residió en Magalofes que, durante el día de ayer, fue un foco de interés para los medios locales.

Allí, dedicó su vida a cuidar de sus hijos y a trabajar en el campo para llevar algo de dinero a casa, una tarea que requiere de un gran esfuerzo del que hoy descansa en la tranquilidad de su hogar.

Crónica la vecina más antigua de Fene