Vidas perrunas en busca de futuro

Rocío Pita Parada
rocío pita parada FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

Denunciados en el juzgado y al Seprona varios casos de maltrato animal en la comarca

22 dic 2013 . Actualizado a las 11:43 h.

Hace unos meses, la historia de Doro conmovía a la comarca. Un cachorro de mastín apareció abandonado en el fondo de un contenedor de basura, después de haber sido agredido con un objeto punzante. Una traumática experiencia de la que se recuperó y hoy es feliz con su familia de adopción. Pero en el mismo sitio donde consiguió una segunda oportunidad aguardan una adopción muchos otros canes con vidas tan perrunas como la suya.

Extraviados o abandonados, la inmensa mayoría, algunos tuvieron que pasar por situaciones aún peores que las de vagar a la intemperie y en soledad. Uno de los casos más crudos es el de Nora, una pit bull condenada el resto de su vida a cojear después de que tuviesen que amputarle una pata por las graves heridas causadas por un alambre con el que fue atada. Un maltrato que, como el de Lúa, abandonada en un saco en Cabanas cuando estaba pariendo o a punto de hacerlo, fue denunciado por el personal del refugio de animales de Mougá, además de ser investigado por el Seprona. El índice de abandono en la comarca es de 4,5 animales por cada mil habitantes al año, una de las medias más altas del país.

Dramas animales como los descritos se superan en el centro mancomunado, que actualmente ofrece en adopción más de 160 animales. Concretamente, 150 perros y 13 gatos. Aunque por este recinto pasaron también otras especies: caballos, ovejas y hasta un burro. Allí enumeran los casos más llamativos Santiago Díaz, responsable de Tragsatec, la empresa que lo gestiona, y María del Camino Ferrero, la veterinaria que los atiende. Al llegar, cada uno recibe un nombre, que los humaniza. Nada de fríos códigos de números. Allí son uno más y todos los trabajadores los conocen por él. «Les coges cariño. Sobre todo con los que mantienes una relación estrecha o tratamientos prolongados. Y todos son súper agradecidos», asegura ella.

«En esta zona hay mucho perro de raza abandonado», asegura Díaz. Y para intentar que eso no ocurra, ni con los de pedigrí ni con los de raza palleiro, «aquí los asesoramos según el carácter del perro y lo que buscan». «Algunos vienen buscando un cachorro y después a veces se van con un perro de un año o más. El ritmo de vida de hoy muchas veces no permite educar a un cachorro, que necesita estímulos y actividad constante», explican, por lo que a veces se adecúa más un perro que necesite un menor proceso de adaptación.

El resultado, la mayor parte de las veces, es satisfactorio. «Nos escribe mucha gente para darnos las gracias y decirnos que han acertado con la elección. Incluso hay gente que repite», dice Camino, móvil en mano, mostrando una foto de uno de los perros que pasó por sus manos y que ahora luce un gorro de Papá Noel. Muchos excompañeros desearían correr su suerte. Para ello, solo tienen que encontrar a alguien dispuesto a acogerlos en su hogar. Quienes lo hagan, solo deberán pagar 21 euros, tasa en la que se incluye la desparasitación y la implantación de microchip, casi la mitad por debajo de su precio de mercado. En el caso de los gatos, la entrega es gratuita, pero no incluye microchip identificativo, salvo que se demande y con la correspondiente tasa. Pero los expertos advierten de la tentación de regalar animales, ahora que ya es Navidad: «Es una responsabilidad». Además de los 111 adoptados, en Mougá se registraron también 79 recogidas de animales por sus propietarios y 14 liberaciones de gatos en colonias felinas. Unos datos que la Mancomunidad considera un «éxito».

refugio de mougá el centro mancomunado ofrece en adopción 150 canes y 13 gatos