El juez investiga el interés patrimonial del Pazo de Rilo

francisco varela FERROL / LA VOZ

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El valor patrimonial de los elementos históricos del conjunto no está claro para el juez.
El valor patrimonial de los elementos históricos del conjunto no está claro para el juez. josé pardo< / span>

Ha cambiado de dueño y tras el verano se han llevado muebles, el spa y máquinas, pero se duda si con permiso de la propiedad

20 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El juez de instrucción de Ferrol que se ocupa de los robos en el recinto del Pazo do Rilo, de Mugardos, ha pedido a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta que aclare el valor histórico o patrimonialístico y la catalogación de algunas piezas desaparecidas en el mismo. Parte de estas piezas, entre ellas un Santiago (una talla en piedra parecida a un cruceiro), un brocal de pozo y otros elementos, fueron recuperados por la policía autonómica en Ourense.

Un informe remitido por la Policía Local de Mugardos al juez señala que el recinto paciego transformado con importantes ayudas públicas para uso hotelero y de esparcimiento, y cerrado al poco de su inauguración ha cambiado de dueño.

A partir del pasado verano, añade, en Mugardos comenzó a hablarse de hurtos porque se veía a diario entrar y salir vehículos que se llevaban maquinaria de hostelería, mobiliario, y las piezas ornamentales en piedra. Se le cortó el suministro eléctrico, por lo que disponía de un electrogenerador alquilado y los cambios de vigilantes eran continuos, hasta en tres ocasiones. También se veía a personas que pernoctaban en el recinto, que decían que contaban con el permiso de la propiedad. El proceso de retirada de bienes del interior se aceleró en diciembre, pero cuando la policía se interesaba y preguntaba a quienes realizaban este trabajo respondían que era por orden de los dueños.

Testigos de Jehová

El cierre sorprendió a mucha gente que había hecho reservas entre la que se encuentra un colectivo de Testigos de Jehová que habían contratado para la realización de una de sus asambleas en el recinto y nadie les advirtió de que el pazo dejaba de funcionar.