Entabán intenta vender su planta de biodiésel en Caneliñas

Andrés Vellón Graña
andrés vellón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

La firma lleva sin producir desde que inició su actividad en el 2008

01 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La compañía zaragozana Entabán está buscando la fórmula para desprenderse de la planta de biodiésel que tiene en el puerto exterior de Ferrol y que, como consecuencia de la crisis del sector, nunca ha llegado a producir.

La firma plasmó en el Boletín Oficial del Registro Mercantil del 30 de abril del pasado ejercicio -hace casi un año- su entrada en «situación concursal» dado que no podía hacer frente a las deudas que acumulaba.

Poco después, en julio del 2012, solicitó a la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao la ampliación de los usos de su concesión para, sin renunciar al biodiésel, incorporarse también al negocio de la carga, descarga y almacenaje de aceites minerales no clorados de motor y de sentinas, además de gasoil.

Pero la coyuntura no se ha encauzado y esa situación concursal está llevando a la firma a buscar un fin definitivo para su factoría. Fuentes consultadas ayer en el seno de la empresa indicaron que se está intentando «reactivar la planta con cualquier tipo de mercado al que se puedan adaptar sus características». En esta ocasión, sin embargo, ya se ha dejado claro que también se ha abierto la puerta «a la venta» del complejo. Es, además, la salida que se vería con mejores ojos.

La factoría lleva sin producir, y sin apenas actividad, desde que abrió sus puertas. Fue en el 2008 tras una inversión de casi cincuenta millones de euros y para la que recibió ayudas públicas. Comenzó con alrededor de cuarenta empleados que, poco a poco, se fueron quedando en la calle hasta quedar solo con un equipo mínimo para tareas de mantenimiento y limpieza.

La situación actual evidencia el completo desmantelamiento de la compañía y el fiasco que, hasta el momento, está suponiendo el mercado del biodiésel en la comarca de Ferrolterra, llamada a convertirse en uno de los puntos fuertes de producción dentro del territorio peninsular.

El complejo requirió casi 50 millones de inversión y tuvo ayudas públicas