Navantia exprimirá la movilidad geográfica y reducirá subcontratación por falta de trabajo

FERROL

03 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Con una sequía de contratos que afecta principalmente a sus astilleros de la ría de Ferrol y de la bahía de Cádiz, y con algunos gremios ya casi sin ninguna ocupación, Navantia acaba de aprobar la segunda fase de su organigrama, fijando las responsabilidades de las direcciones de negocio y operativas y también marcando objetivos a corto plazo. Así, anuncia que «maximizará el uso del personal propio en todos los procesos productivos» a través del impulso de algunas medidas, entre ella la movilidad geográfica para «minimizar la subactividad y reducir los costes operativos». Se trata de una política que ya ha empezado a exprimir, al solicitar personal voluntario primero para desplazarse al astillero de Cartagena, el que cuenta actualmente con más trabajo, y después a las factorías de Australia, en donde se están fabricando los destructores con diseño de las fragatas F-100 españolas.

No obstante, la movilidad puede tener una mayor repercusión tanto en las plantas de la ría ferrolana como en las gaditanas, sin trabajo y con varios centros en la misma zona geográfica, así como la reducción de la subcontratación, que ya se ha cobrado más de 1.800 puestos de trabajo en las antiguas Astano y Bazán. No obstante, aunque la movilidad geográfica sirva para paliar la caída del trabajo en algunos departamentos mientras que no se solucione la sequía de pedidos, el problema no se erradicará.

Dos de las cuatro direcciones del nuevo organigrama recaen sobre dos ferrolanos: Ángel Recamán asume la de I+ D, mientras que Esteban García Vilasánchez, la de dirección industrial. No obstante, en niveles inferiores se encuentran también otros directivos de la ría, como Manuel Filgueira, exresponsable del astillero de Cartagena, que pasa a ser jefe de área de mantenimiento y servicios, y Carlos Merino, jefe de área de coordinación de ingeniería, entre otros. Los tres directores de Reparaciones, Producción y Turbinas de la ría, Miguel Rodríguez, Amancio González y José Manuel Díaz Bustabad, respectivamente, continuarán al frente de estas responsabilidades.

Además de variar por completo la estructura orgánica de la empresa, el nuevo equipo directivo de Navantia introduce una variación sustancial con respecto a la etapa anterior: crea responsabilidades específicas para la construcción naval civil, uno de los pilares establecidos para la diversificación de la compañía, volcada hasta ahora en el mercado militar.