La siesta

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón LA GÁRGOLA

FERROL

02 feb 2013 . Actualizado a las 13:26 h.

el sueño es lo que tiene. Cuando te da, te da. Ni café ni otra cosa. Morfeo es un ente tozudo y revolotea a tu alrededor hasta que, finalmente, caes sin fuerzas. Suele pasar, además, después de una jornada agotadora. Ahí es cuando más presta. Cuando mejor sienta.

Pues Morfeo le tuvo que lanzar un ataque muy potente el pasado lunes a José Manuel Revuelta. El presidente de Navantia cogió el sofá por banda después de la comisión de seguimiento del dique flotante y sesteó durante un rato. Pena de mantica para que la estampa fuese ya bucólica y hogareña al cien por cien.

Ahora, sueño, lo que es sueño, tenía que tener bastante. Sueño acumulado que se dice. Porque pelín antes de caer rendido participó en el último gran mazazo para los astilleros de la ría de Ferrol. Trasladando el «no» a la ejecución del dique flotante. Al clavo ardiendo al que se agarraba plantilla directa y auxiliares para intentar ver algo de luz en un horizonte de brumas intensas.

No es de recibo la siesta. Desde luego. Aunque eso no deja de ser una anécdota. Patética, pero anécdota. Pero lo que realmente no es de recibo es que el Gobierno, la SEPI y Navantia no busquen la fórmula para que se pueda hacer esa infraestructura. No vale hacer la llamada de rigor a la UE para que de una negativa y listo. No sirve. Tiene que haber vías alternativas. Que se busquen. Hasta la saciedad. Y también pedidos nuevos que garanticen el futuro del naval. Y el sueñecito, para luego.