Con puertas cerradas. Así recibe hoy la Armada española la fragata más avanzada de su flota. Ya se había anunciado que la ceremonia sería austera, acorde con los tiempos de crisis y de ajustes presupuestarios actuales, pero por primera vez en la historia, la Marina celebrará la entrega de uno de sus buques, en este caso la Cristóbal Colón, sin la presencia de los medios de comunicación y con un acto discreto.
Pese a la sencillez de la cita, esta supondrá el hito final para el programa de las F-100, una vez que se ha descartado la construcción de la sexta de la serie, al menos a medio plazo, y han comenzado ya los estudios para la nueva generación de fragatas, llamadas a sustituir a las de la clase Santa María.
La F-105 es la más avanzada de las cinco, ya que incorpora todas las actualizaciones y mejoras necesarias tras la entrada en funcionamiento de las cuatro anteriores. Entre otros, incorpora una versión actualizada del sistema de combate Aegis, un nuevo sistema integrado de control de la plataforma, desarrollado por Navantia, y un sistema actualizado de red de distribución de datos de navegación Diana.
Mayor plazo
La F-105 también fue la fragata de la serie con un mayor período de fabricación. La firma de la orden de ejecución se llevó a cabo el 5 de julio del 2006 y el inicio de la construcción, un año después. Su quilla se colocó en la grada el 20 de febrero del 2009, mientras que la botadura fue el 4 de noviembre del 2010.
La salida de la Cristóbal Colón de Navantia deja al astillero en una situación inédita en las últimas dos décadas: con un solo barco en proceso de fabricación y ninguno en la grada.
Base en la ciudad
Como el resto de los buques de la serie, la F-105 tendrá su base en el Arsenal ferrolano. Antes de entrar en operación, tendrá que pasar de período de adiestramiento y calificación.