La idea que barajan desde el Ayuntamiento es adjudicar mediante un concurso los nuevos restaurantes, que estarían en manos de particulares por un período a determinar a cambio de cierta cantidad.
El regidor apunta que en el proyecto figura un precio por cada establecimiento de 180.000 euros, cifra que debería abonar el empresario que se hiciera con el servicio. Castrillón matiza que esa es la cantidad prevista inicialmente, pero que lo más probable es que se revise a la baja en las actuales circunstancias económicas.
«Tenemos ganas de mover eso, es un servicio muy importante para la playa y para su en torno», indica el alcalde cabanés, para quien la inversión supondrá una importante mejora de la imagen del municipio, en especial después de la recuperación del pinar.
La nueva Ley de Costas podría permitir modificaciones de última hora en el proyecto, que Germán Castrillón quiere cerrar pronto.
El arenal cabanés es uno de los más frecuentados durante los meses de verano en el entorno de Pontedeume. Los actuales chiringuitos siguen abriendo al público en verano, aunque sus condiciones no son las más idóneas.