El sumario de la causa Aforo alcanza ya los 56 tomos lo que da una idea del trabajo policial desarrollado durante la investigación y del que se ocupan agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) del Cuerpo Nacional de Policía. Según la propia policía, utilizaban el sistema conocido como gancho ciego, consistente en usar contenedores con mercancía legal, en este caso, pescado.
Curiosamente, según la policía, la organización dio por bien llegado al puerto de Marín el alijo oculto en la motonave Amanda, cuando en realidad había sido interceptado ya por la DEA (policía norteamericana antidroga) y el servicio de antinarcóticos de Colombia, en el puerto de Cartagena de Indias.
Esta situación creó complicaciones a la policía porque, entre los colombianos y españoles que tenían que recibir el contenedor en Marín, se daba como recibido. Es decir, la DEA sostenía que estaba en Cartagena, mientras que las comunicaciones interceptadas indicaban que había arribado. A la postre, dice la policía, se aclaró la situación y se descubrieron los restantes implicados. Para el juez, el mando de la organización estaba en manos de Nano Seoane. Lalo Pino y Sanesteban eran sus lugartenientes, el primero se ocupaba del blanqueo de dinero y el segundo de los contactos con los cárteles colombianos suministradores de la droga.