La Fábrica de Lápices será solo un solar dentro de dos meses

F. Fernández FERROL / LA VOZ

FERROL

Los propietarios tirarán todo el complejo industrial en ruinas

20 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Está a punto de caerse, es inconservable». Por esto, la Fábrica de Lápices será demolida totalmente, según fuentes de la empresa propietaria del solar, la promotora Jerpu, que descarta conservar elemento alguno del complejo industrial en ruinas, abandonado desde 1986.

Los trabajos de derribo avanzan a paso de tortuga precisamente para evitar que caiga algo de forma imprevista, pero el plazo estimado para despejar totalmente el solar son dos meses. El edificio «está peor de lo que parece», explicaba ayer el responsable de la empresa que se encarga de la demolición, Desmoncor, de A Coruña. Están en marcha los trabajos de desmontaje a mano de la chimenea, que tenía 35 metros de altura, y que quedará desmontada hoy, previsiblemente. Era uno de los elementos emblemáticos de la fábrica cuya conservación solicitaban el Colegio de Arquitectos, IU y BNG.

Los operarios de Desmoncor trabajan también en el interior de las instalaciones retirando manualmente escombros, maleza y todo tipo de basura.

Jerpu invertirá en la demolición de la vieja fábrica en torno a 300.000 euros. Es mucho dinero, pero el presupuesto se dispara por la gestión de cada uno de los residuos que generará el desmontaje de las instalaciones industriales. La empresa Recinor de Ferrol se encargará de retirar y gestionar todos esos residuos. Todo se enviará a plantas especializadas -incluidas las de tratamiento de uralitas- y los escombros se reciclarán en la planta de Recinor en Catabois.

El responsable de Desmoncor avanzó que la obra supondrá una actividad importante y que echará mano de empresas de la comarca.

La demolición de la fábrica ya ha provocado quejas de coches manchados de polvo y caída de cascotes e incluso sobre la posible aparición de grietas en edificios colindantes. Fuentes de la Policía Local informaron ayer de que habían recibido una única llamada de un vecino advirtiendo de que varios coches aparcados en la calle Baterías estaban cubiertos de polvillo. El edil de Urbanismo, Guillermo Evia, avanzó que exigirán todas las garantías de seguridad en las tareas de demolición. Los arquitectos municipales supervisaron los trabajos ayer por la mañana.

El responsable de la empresa que efectúa la demolición explicó que dada la zona en la que están trabajando estos días resulta imposible que hayan caídos cascotes a la calle o que se hayan producido grietas, ya que los trabajos se están realizando de forma manual.