Isidro Silveira Cameselle: «Un cáncer es una guerra que la vida te pone por delante»

Jose Valencia FERROL/LA VOZ.

FERROL

El presidente del Racing de Ferrol asegura que la muerte le pasó por la cabeza cientos de veces. Además, dice que, con esta enfermedad, aprendió que el dinero no es lo más importante

14 dic 2016 . Actualizado a las 12:44 h.

Cuando sale de la ducha y se mira al espejo, dice que su apariencia le recuerda a esos judíos moribundos de los campos de concentración de Auschwitz o Mauthausen que salen en las películas de guerra. «Agg... es que la quimio hace estragos con un ser humano, no tengo ni culo, me duelen los huesos cuando estoy mucho tiempo sentado», se lamenta Isidro Silveira, el presidente del Racing de Ferrol, que pelea para superar un cáncer. Se lo detectaron el pasado mes de mayo y, tras ocho sesiones de quimioterapia para reducirle un tumor en la zona del pecho, se operó en la residencia Arquitecto Marcide, de Ferrol, el pasado 15 de noviembre. Ahora se recupera en su casa y por delante le quedan las sesiones de radioterapia a las que se someterá en el Oncológico de Galicia, en A Coruña. Este ferrolano (él se considera así), nacido en Vigo en 1943 y criado en A Coruña, asegura que no se va a rendir y que le queda mucha vida por delante. -¿Cómo se supera un cáncer? -Bueno... Realmente, lo que hay que pensar es que cualquier enfermedad es mala, pero un cáncer es una guerra la vida te pone por delante. Yo voy ganando batalla a batalla y confío en ganar la guerra. -¿Algún mensaje? -No soy nadie importante para mandar un mensaje, pero sí me gustaría hacer una reflexión en alto. Cuando te dicen que tienes un cáncer, lo primero que piensas es que todo se acabó. Sin embargo no es así, puedes pelear e intentar superarlo. Hoy en día un 80% de la gente supera los cánceres. No hay que abatirse y dejarse ir. -¿Qué pensó cuando le dijeron que tenía un cáncer? -Que mi vida se acababa. Después, cuando llegas a casa y tu mujer y tus hijos te abrazan, te das cuenta de que hay por delante una batalla que tienes que librar. He pasado momentos malos, todo el mundo estaba preocupado, porque en casa viven la enfermedad contigo. Todo el mundo estaba disgustado, aunque yo no quise dar nunca una imagen de que todo se acababa. En estos momentos estoy ya muy cerca de ponerme bien y veo el final del túnel. -¿De qué se arrepiente? -De haber tardado tanto en ir al médico a mirarme. Fue un gravísimo error, casi diría que el peor. No hay que dejar pasar ni un día, hay que llegar lo antes posible y yo no estuve afortunado, ya que tardé casi un año en mirarme, por eso he tenido más problemas de los que tenía que tener. Cuando los médicos me dijeron que tenía cánceres sentí una gran decepción y una gran responsabilidad por no haber ido antes. Fue lo que más me dolió. Yo sospechaba que tenía algo malo, pero lo iba dejando. Fue un acto de cobardía. -¿Pensó que todo se acababa? -La muerte me pasó por la cabeza cientos de veces. Hay muchos momentos de depresión y piensas que se acabó. La realidad es que cada mañana sale el sol. Yo tuve suerte; en Ferrol encontré una oncóloga y una cirujana estupendas, que me ayudaron lo indecible. Todo el mundo me decía que me fuera a Navarra, a Houston... La gente piensa que, si tienes dinero, puedes solucionar el problema. Para mí la solución no fue el dinero, sino quedarme en Ferrol y en mi entorno familiar, que unido a la bondad, experiencia y buen hacer de Laura y Ermitas, dos doctoras de la Seguridad Social, en Ferrol, me ayudó a curarme. -¿Qué fue lo peor? -La quimio es matadora. Es muy dura, pero no insuperable. Tienes que pensar que es lo que te va a salvar y la aceptas. -¿Cambiaron muchas cosas? -Hay cosas más importantes que el dinero. Ahora mi prioridad es levantarte cada mañana y ver a mi mujer, a mis hijos y a mis tres nietas, que, por cierto, tengo tres nietas maravillosas. La vida me ha enseñado otras cosas, lo mejor es lo más próximo a ti.