Décimos «en busca y captura»

Luís A. Núñez FERROL

FERROL

Crónica | A la zaga de la fracción novena en Ares Los siete millones de euros que la lotería dejó el sábado en ?la zona son la comidilla en la localidad costera. Los vecinos hacen sus cábalas para seguir la pista del premio especial

15 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

«Nos pueblos pequenos, unha tallada así se comenta», decía ayer Tino, del bar O'Gaiteiro de Ares. Tanto la barra de su establecimiento como las del resto de bares del municipio se llenaron ayer de elucubraciones para seguir la pista al agraciado que se llevó cinco de los siete millones que la suerte dejó el sábado en la zona. «Parece ser que puido caer fora de Ares porque se vendeu en ventanilla e estivo ahí a Semana Santa...», apunta el hostelero, que es de la opinión de que «iso si que é para pegarlle un bo puntapé á vida». La cosa no estaba clara ayer, pero a muchos les picó la curiosidad por saber a quién le había sonreído la fortuna. «La gente pasa por aquí y se queda mirando o entran a felicitarnos», apuntaba ayer Félix Martín, quien regenta el restaurante A Ferradura, que repartió algunos de los décimos premiados con 100.000 euros, entre ellos, el suyo. «Estuvimos con Juan [de la administración de loterías] celebrándolo», agrega el hostelero. Los vecinos celebraron que le hubiese caído «un bo pellizco». Por su parte, Juana, de la cafetería O Incordio, también montó su pequeña tertulia sobre el tema del día en Ares: la Lotería Nacional. «Estamos contentos de que, alomenos, tocara aquí», dijo. El que más y el que menos en Ares hace sus cábalas y frunce el ceño al cruzarse con su vecino ante la posibilidad de encontrase de bruces con el propietario de esa fracción novena que se llevó el premio especial de cinco millones. «Ese está en busca y captura», bromea Félix. El caso es que, según el testimonio del responsable de la administración Loterías Galicia, el décimo en cuestión había sido devuelto el día antes del sorteo a la oficina porque no se había vendido. Este mismo, pasó por las manos de los propietarios del bar Xomar, en Franza. Allí se repartieron 300.000 euros en premios, pero se les escapó el Gordo por los pelos. A la mañana siguiente, justo antes del sorteo, Juan Vicente García dispensó el boleto en la ventanilla de su administración. Incluso él intenta recordar ahora a quién se lo pudo haber colocado. No obstante, los propios aresanos son conscientes de que buena parte del premio se fue de la comarca esta Semana Santa. «Como los décimos que vendió la tienda de Tilocha [en O Baño, Mugardos] a varios madrileños que compraron su chalé en la nueva urbanización», recuerda García.