­Lisboa, capital del Web Summit

Begoña Íñiguez LISBOA

EXTRAVOZ RED

MIGUEL A. LOPES

Más de 50.000 emprendedores viajaron a la ciudad lusa para hacer negocio en una cita que se consolida año a año como una de las mayores reuniones tecnológicas del planeta.

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Lisboa se convirtió entre el 7 y el 10 de noviembre en la capital mundial de las nuevas tecnologías, negocios e inversiones digitales y en el escaparate donde mostrar a gran escala los últimos productos de las grandes y de las incipientes empresas del sector. Cada vez son más las publicaciones internacionales que consideran a la capital portuguesa como la nueva Berlín por su inagotable fuente de inspiración, excelente ubicación y creatividad. La sexta edición del Web Summit atrajo a casi 60.000 personas y 1.490 startups que tuvieron que pasar por una exigente selección previa. Paddy Cosgrave, alma mater de un proyecto que nació en un pub de Irlanda en el 2010, declaró al término de la edición lisboeta sentirse «muy satisfecho con los resultados».

El Gobierno portugués del socialista Antonio Costa y el Ayuntamiento de Lisboa, presidido por Fernando Medina, se frota las manos, ya que el evento dejó en la ciudad más de 200 millones de euros de beneficio directo y lleno total en restaurantes y hoteles. Ambos dieron todo tipo de facilidades a Cosgrave convenciéndolo para celebrar en la capital lusa las dos próximas ediciones y cediéndole una zona en el barrio de Marvila, donde conviven espacios de coworking y diseño, para sentar su base permanente.

¿A qué se debe el rápido triunfo de un producto tan nuevo como Web Summit? José Antonio Pérez Terneros, analista de negocio de la oficina comercial de la Embajada de España en Lisboa, lo tiene claro: «Por venir aquí ya tienes un canal de promoción y difusión garantizado y una lista de contactos riquísima», explica. Y continúa: «Una startup incipiente que haya sido seleccionada dispone de una oportunidad de oro que va a aprovechar al máximo. Además, los grandes como Facebook o Tinder saben que tienen millones de personas de todo el mundo siguiendo sus conferencias y publicándolas en las redes». Por su parte, Noelia Novella, CEO de la firma lusa Doinn in, plataforma de servicios turísticos para los huéspedes de hoteles y apartamentos, seleccionada para participar y que fue una de las 23 con derecho a una pitch (una breve presentación al público de cinco minutos), declara que «estar aquí es un premio para cualquiera de nosotros». Noelia reconoce «que nadie piense que en tres días vamos a cerrar el negocio del siglo, aunque es una manera diferente de hacer networking, rápida, sintética, en inglés y con las nuevas tecnologías a nuestro alcance». Y termina: «Estamos presentes en Lisboa, Oporto, Barcelona y París. Queremos llegar a más ciudades e inversores y Web Summit nos lo facilita» .

Los números oficiales y las curiosidades del Web Summit 2016 son abrumadores: 53.056 participantes, procedentes de 166 países; 1.835.841 mensajes enviados en la app oficial del evento, que facilitaba el contacto directo entre los asistentes; 37.000 kilómetros de fibra óptica utilizada; 17 escenarios de diferentes tamaños para exposiciones, pitch, reuniones y conferencias interactivas; 1.490 startups y 677 oradores, desde los responsables de tecnología de Facebook, Amazon y Tinder a los futbolistas Luis Figo y Ronaldinho, y 2.000 periodistas acreditados.

Los patrocinadores

El olor a buen café portugués, y las degustaciones gastronómicas de productos típicos, como los pasteles de nata, los quesos y vinos, se han entremezclado en esta edición con todo tipo de reclamos tecnológicos para la vista, como los viajes espaciales a la luna, y stands cada cual más sugestivo. Celeste Pereira, responsable de Esencia del Vino, declara a La Voz: «Es la plataforma ideal para mostrar al mundo lo bueno de nuestra gastronomía. Creemos que los mejores negocios se siguen haciendo en torno a una buena mesa».

Lo que no salió bien

Los transportes de Lisboa no estuvieron a la altura del gran aluvión de personas que vinieron de todos los rincones del globo para participar en la Web Summit. Las primeras colas se sufrieron en el aeropuerto Humberto Delgado y a lo largo de los tres días del evento en las principales estaciones de metro de la ciudad que se colapsaron, provocando el cierre temporal de algunas de ellas y el consiguiente caos y protestas entre los usuarios. Lo mismo ocurrió con los taxis y las plataformas digitales de transporte de pasajeros. Además, el primer día del evento se cayó la conexión wifi en el interior del pabellón Meo Arena, donde se celebraban las reuniones y conferencias, dificultando mucho el trabajo y las comunicaciones por Internet a los miles de asistentes.