El tamaño sí importa

EXTRAVOZ RED

El reestreno de la serie Friends ha vuelto a abrir el debate sobre el formato original de las series y el que se usa para emitirlas en la tele. Los ya antiguos 4:3 frente a los más anchos y modernos 16:9 recuerdan las dificultades de adaptar a la pequeña pantalla los formatos panorámicos que el cine fue adoptando a partir de los años 50, y que se reflejaban en la tele con dos negras barras horizontales o con cortes laterales.

28 ago 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Los que crecieron viendo películas de vaqueros en la pequeña televisión de su casa aprendieron a apreciar el cine con dos barras negras arriba y abajo. Uno sabía que empezaba lo bueno porque todo parecía crecer a lo ancho, a pesar del tamaño de la pantalla. Entonces no lo sabíamos, o tal vez no importaba, pero acabábamos de descubrir que el tamaño importa. O al menos, las proporciones.

 Décadas más tarde, las barras negras siguen siendo la madre del cordero, aunque han cambiado de sentido: ya no son horizontales, sino verticales. Y es que a las series con las que disfrutamos no hace tanto, las enormes y más panorámicas televisiones les quedan grandes. La última polémica la ha sufrido todo un clásico de los 90, Friends. La plataforma Netflix la ha puesto al alcance de todos? pero nada es igual. Los seguidores de la serie aplaudían con las orejas, hasta que descubrieron con sorpresa que a la pandilla de neoyorquinos les habían cambiado los marcos. Literalmente.

¿Por qué? Porque tan difícil como la cuadratura del círculo es adaptar un formato 4:3 a una pantalla de 16:9. Las opciones son sencillas: o se respeta el formato original, con dos franjas verticales a los lados encuadrando la imagen, o esta se altera. Porque se distorsiona o porque aparecen en el plano detalles que antes, sorpresa, no estaban allí. Decorados, equipo técnico? o un ataque de risa de Matt Le Blanc que antes quedaba fuera de la vista del espectador.

EL CASO «THE WIRE»

Hace unos años, Vtelevisión ofreció la posibilidad de disfrutar de una serie de culto. The Wire, que la cadena HBO estrenó en 2002, todavía fue rodada en 4:3. Así la recordaban los espectadores. Y empezó el debate: ¿debía emitirse la serie como había sido rodada o había que cambiar el formato para evitar las engorrosas bandas negras y que la imagen llenase toda la pantalla? En aquel momento, hace ya seis años, Vtelevisión decidió preguntar a la audiencia. Y a través de una votación, esta decidió quedarse con la versión original, por una pequeña diferencia de votos.

El propio David Simon, creador de The Wire, reconoció hace dos años que el cambio de formato no siempre funciona. Fue cuando la HBO anunció la reedición de la serie en alta definición, pero con un nuevo aspecto, 16:9. Que, según Simon, a veces incluso mejoran el original. Pero en muchas escenas, el creador de la serie afirma que se pierde fuerza o aparecen problemas, incluso en diálogos con actores que en el encuadre original estaban fuera de campo.

LA LOCURA DE LOS 50

En realidad, el debate no es nuevo. Los cambios en la relación de aspecto de la imagen son parte de la historia del cine. Esos 4:3 son el formato habitual de las primeras películas, con un leve cambio a finales de los años 20. Pero en la década de los 50 comenzó la revolución de las nuevas pantallas... precisamente para ofrecer al público, que empezaba a tener una pequeña tele, una experiencia completamente distinta en el cine. Más grande, más ancha, más espectacular... y difícil de adaptar a las teles de la época. Había que luchar contra el nuevo entretenimiento con una forma de ver cine que no se podía reproducir en el salón de casa.

La carrera comenzó con Cinerama, siguió con VistaVision y Cinemascope, Todd AO y Panavision. Etiquetas que lucían con orgullo los estudios en películas como La conquista del Oeste (Cinerama), Los diez mandamientos (VistaVision), Ben Hur (MGM 65), Con la muerte en los talones (VistaVision), Cómo casarse con un millonario (Cinesmacope), West Side Story (Panavision 70)... Todas esas películas que vimos en las primeras teles enmarcadas en las famosas bandas negras horizontales, o -mucho peor- cortadas por los lados. Será que la falta de respeto por los formatos con los que fue concebida una película, o ahora una serie, vienen de lejos. Y cada vez tiene menos espacio en la avalancha de pantallas que nos rodean.