Escuela para aprender a conducir

MOTOR ON

Las marcas de automóviles ponen a disposición de sus clientes escuelas de conducción y pilotaje en las cuales, además de explicarles sobre el terreno la tecnología de los modelos que han comprado, exprimen todas sus capacidades. Muchas veces lo hacen en circuitos de velocidad, y además adiestran a sus propietarios con técnicas de conducción en trazadas de curvas, esquivas, frenadas y situaciones de riesgo.

15 ene 2017 . Actualizado a las 18:31 h.

Una de las escuelas de conducción con más tradición es la de Audi, que denomina estas actividades como Audi Driving Experience y en ellas imparte técnicas de conducción sobre asfalto para clientes de coches deportivos, como el R8, RS7 o RS6, en circuitos como Montmeló o Ascari, y también cursos de conducción sobre nieve y hielo, que se imparten en el círculo polar, en Suecia y Finlandia, donde dan valor a la conducción con coches de tracción Quattro.

Los cursos de Audi sobre circuito se desarrollan a lo largo de una jornada, con coches escuela de la propia marca, con un equipo de monitores expertos, entre los que siempre figuran destacados pilotos. Comienzan con una charla práctica donde el coordinador explica las actividades del día en un aula, comentando qué ejercicios se realizarán y con qué fin. A continuación se pasa a la pista y en ella se realizan ejercicios al volante de los coches, siguiendo siempre a un monitor, que nos enseña a afrontar las curvas, explicando cuestiones como la dirección de la mirada, la anticipación de las frenadas o el trazado entre vértices.

La frenada con esquiva (prueba del alce), aprovechando todas las ventajas del ABS, también requiere entrenamiento y adaptación específica entre conos.

Al final, aprendida la teoría y realizados los ejercicios, llegará el mejor momento de la jornada en forma de tandas de conducción, en vueltas completas al circuito en las que en grupos precedidos por el monitor que marca velocidades y trazadas a los alumnos, habrá que poner en práctica todo lo aprendido. Tras varias tandas, otro momento cumbre es sentarse al lado del piloto Audi, que el año pasado fue Miguel Molina, oficial de la marca en el DTM alemán, que da una cura de humildad a los cursillistas al volante del R8, con el que explora los límites de la mecánica y la pista.

Este tipo de cursos son eminentemente didácticos, porque clientes de coches tan potentes como los R8, RS7 y RS6 raramente podrán conocer sus límites y ni siquiera sus posibilidades tecnológicas en conducción normal. Solo en un circuito de velocidad, donde las medidas de seguridad son máximas y asesorados por expertos, sabremos cuales son los límites de estos coches a la hora de mantener trayectorias o apurar frenadas.

Lo mismo ocurre con otros cursos de conducción como los de nieve o hielo, donde el conductor experimenta las reacciones de los coches sobre piso deslizante de una forma segura y natural, habituándose sin riesgos a hacer las maniobras de contravolante necesarias para corregir situaciones de riesgo que después se pueden dar en una carretera abierta al tráfico.

Cada vez son más los clientes que se acercan a estos cursos para mejorar su conducción, e incluso empresas ponen a disposición de sus empleados estos cursos dentro de su política de prevención de riesgos laborales. En los concesionarios de las marcas como Audi, Volkswagen, BMW o Mini brindan información sobre estos cursos.