Chanclas, ¡nunca para todo el día!

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Son tendencia, pesan poco y son fresquitas, pero caminar mucho o llevarlas demasiadas horas puede originar problemas en los pies. Los traumatólogos alertan de que casi tantos como pasarse la vida encaramada a unos tacones bien altos o llevar bailarinas en suelos duros

18 jun 2017 . Actualizado a las 09:51 h.

Las chanclas son para el verano, pero nunca para llevar todo el día, solo a ratos. Al menos esa es la recomendación de traumatólogos como César de la Fuente, que ya comienzan a tener en la consulta a aquejados de los efectos secundarios de llevar este calzado para correr o caminar durante los viajes demasiadas horas. Este especialista no quiere demonizar ningún tipo de calzado, reconoce que las chanclas son ideales para ir a la playa o estar un rato sobre una superficie sin mojarse, mancharse o sin que el pie se arañe, porque protegen del estado y la temperatura del suelo. «Son frescas para el verano, pero su uso continuado causa problemas como inestabilidad al caminar, porque no se sujeta bien el pie y no tiene la amortiguación que necesita», precisa el citado especialista del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol. El principal problema es que el pie camina forzado, ya que los dedos se contraen para aguantar el calzado y generan una posición que los facultativos conocen como dedos en garra y que no es nada sana: «Produce un poco más tensión en la fascia plantar y puede que eso se asocie a un aumento de la fascitis plantar. Al ser un calzado muy plano también incrementa esta fascitis, ya que se realiza todo el apoyo con el talón y otro problema que presenta es que cambia el patrón de la marcha. Así que no son nada aconsejables para correr o para caminar distancias largas. Son buenas y útiles para un ratito en determinadas situaciones como la playa o la piscina», insiste De la Fuente. La lista de lesiones que pueden causar va desde diferentes tipos de tendinitis a problemas ungueales derivados de forzar a los dedos a pasar horas apretados para sujetar la hawaiana.

 Plano, malo también

Cuando se camina con chanclas, igual que cuando se hace demasiadas horas con un zapato demasiado plano todo el cuerpo sufre: «Lo ideal para los zapatos es un poquito de tacón para favorecer el apoyo. También es importante el tipo de suelo, cuando es duro como los que solemos tener aquí en plano se sufre. Sin embargo, cuando se va por un sitio muy blando el tacón ya no es tan importante y por eso los indígenas de algunas zonas tropicales no necesitan esta protección, que si nos ayuda en nuestros suelos, que son mucho más duros», precisa un especialista que alerta de que caminar sin ningún tipo de tacón es más cansado, porque se obliga a estirar los gemelos y la postura hace sufrir un poco más.

A la consulta de este traumatólogo también llegan pacientes con secuelas por subirse a tacones altos durante demasiadas horas: «Pueden generar juanetes, metatarsalgia o algún neuroma de Morton, que es bastante frecuente y consiste en un dolor que se produce en la raíz de los dedos del pie. Es relativamente habitual en mujeres, aunque tengo casos de hombres que lo presentan».