«Solo hay un 20 por ciento de personas muy felices»

Beatriz Pérez

EXTRAVOZ OK

GUSTAVO RIVAS

Rafael Santandreu, quien asegura que uno puede ser feliz en cualquier situación siempre y cuando su diálogo interno sea el de una persona fuerte.

15 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ser feliz en Alaska. Mentes fuertes contra viento y marea (Grijalbo) fue el 4º libro de no ficción más vendido en Cataluña el pasado Sant Jordi. Su autor, Rafael Santandreu (Barcelona, 1969), especializado en psicología cognitiva, ya ha publicado otros best sellers como El arte de no amargarse la vida y Las gafas de la felicidad. Además, tiene una sección de psicología en el programa A punto con la 2 de TVE.

 -¿Por qué este título, «Ser feliz en Alaska»?

-Porque uno de los principios de la psicología cognitiva es que podemos ser felices en cualquier situación o en cualquier lugar. La psicología cognitiva se basa en que no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede, tal y como dijo el filósofo Epicteto en el siglo I. Se trata de aprender a tener un diálogo interno de persona fuerte porque es lo que determinará nuestras emociones.

-El libro ayuda a la reprogramación mental. ¿Diría que la mayoría de las personas son emocionalmente débiles?

-Al menos un 60% lo es. Y solo hay un 20% de personas muy felices. Estamos en el punto más alto de infelicidad y de debilidad emocional de las últimas décadas. Cuando yo empecé a estudiar psicología, un profesor nos dijo que había un notable síntoma de enfermedad emocional porque un 10% de personas tenían depresión y ansiedad ?equivalente a la debilidad emocional?. Ahora el 30% tiene depresión, y vamos subiendo.

-Precisamente la ansiedad es una de las dolencias que están a la orden del día.

Sí. Nunca el índice había sido tan alto. Es porque nunca antes había habido tantas oportunidades. Que una sociedad rica tenga muchas oportunidades es un arma de doble filo, ya que el ser humano tiende a convertir las opciones en necesidades absolutas. Ya no nos decimos «me gustaría tener novia», sino «necesito tener novia y, si no, soy un fracaso». El futuro lo veo cada vez peor porque aunque la sociedad es cada vez más opulenta, también es más autopresionante.

-¿Somos más infelices de lo que fueron nuestros abuelos, que vivieron hambres y guerras?

-Claramente. Y no solo eso: somos más infelices que la gente del Tercer Mundo. Ellos tienen problemas, pero no neurosis como nosotros, que estamos mal sin una razón válida para estarlo. En el Tercer Mundo están en un nivel psicológico óptimo, tienen otros problemas, pero son más felices. La neurosis es una enfermedad de las sociedades ricas.

-Autoexigencias, falta de entusiasmo, comparaciones, miedos? son solo algunos de los factores que nos hacen infelices.

-La principal neura viene producida por el amor y el desamor. El desamor es la causa número uno de suicidios. Sin embargo, nos olvidamos de que la pareja nunca ha dado la felicidad y no tiene la importancia que le damos. Solo un 10% de las parejas están bien a largo plazo. El restante 90% no está bien, está a disgusto o muy a disgusto. Uno de los principios de la psicología cognitiva es que la felicidad solo proviene de tu cabeza. Eso no tiene que ver con la pareja.

-Esa dependencia que establecemos en relación a la pareja ¿tiene que ver con la imposibilidad de estar a solas con nosotros mismos?

-Sí. Otra de las neuras típicas es el miedo a la soledad, lo cual es también un temor inventado porque la soledad real no existe -¡aquí lo que sobra es gente!-. Segundo: la gente solo sufre la soledad porque se dice que la soledad es muy mala. Si tú te dices lo contrario, que la soledad es un tiempo maravilloso para crear, para descansar, para mejorar tu vida, la gozas de una manera extraordinaria. Este es un ejemplo más de que todas nuestras neuras se deben a un diálogo interno erróneo. Yo digo que todos los problemas psicológicos provienen de la terribilitis, es decir, la tendencia a calificar de terribles cosas que son solo pequeñas adversidades ridículas.

-Usted también habla de otra enfermedad emocional: la «necesititis».

-Sí. Es la creencia de que necesitamos muchas cosas para estar bien: seguridad, un empleo chulo, alguien que nos quiera, ser extrovertido? Las personas más fuertes necesitan muy poco. Dicen que San Francisco de Asís, al final de sus días dijo: «Cada vez necesito menos cosas. Y las pocas que necesito las necesito muy poco». Hay que saber renunciar.

-¿Cuál es el secreto para tener una pareja feliz y duradera?

-No exigir nunca nada al otro, aunque tengas razón. Solo le puedes sugerir, darle la opción. Esto es lo que hace que la gente cambie. La exigencia mata las relaciones, hace que el otro se cierre.