Mamá, no sé qué estudiar

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Si su hijo está perdido en lo que se refiere a su futuro, no desespere: el 71 por ciento de los jóvenes de segundo de bachillerato no han decidido qué titulación escogerán. Los expertos aconsejan explorar las opciones desde 1º de ESO y orientar a los niños según sus aptitudes, pero sin proyectar frustraciones ni presionar. ¿Y si se equivoca? No hay nada irreversible, aseguran, y la vida también es probar

17 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mamá, no sé que estudiar! Esta frase, pronunciada en los últimos cursos de la ESO, provoca un terremoto de angustia familiar. Ana Parro de la Fuente, consultora en Psicología y Pedagogía Infanto-juvenil, ofrece unas pautas para abordar el problema.

Desde pequeños

Ante todo mucha calma. Para evitar una crisis vocacional es aconsejable ir orientando a los niños desde pequeños. «El problema es que nos lo diga en un curso de carácter terminal, por ejemplo en 4º ESO y en 2º de bachillerato -explica la experta-. Tomar una decisión de futuro profesional no es una cuestión puntual, es un proceso. Es necesario ir ayudando a nuestros hijos a tomar decisiones desde pequeños para que cuando se enfrenten a una importante estén preparados. Igual de importante es ir explorando el mundo de las profesiones desde primaria, y desde 1º ESO ir conociendo el sistema educativo, las optativas, los itinerarios van conformando ya nuestro proyecto profesional, cada elección es importante que ellos sepan por qué, que no elijamos por ellos». La información es, pues una herramienta fundamental para ganar la batalla a la duda.

Motivar, no exigir

Todos tenemos algún amigo que estudió Derecho «obligado» por sus padres. Ana Parro recuerda que «es importante comunicar a los hijos lo que nosotros vemos bueno en ellos. El problema es la forma de hacerlo. Se trata de motivar, reforzar, impulsar, dar recursos para potenciar? pero no de exigir o presionar. Cuando los padres orientan a sus hijos muchas veces lo que hacen es decirles lo que tienen que hacer, en vez escucharles. La comunicación asertiva es esencial, deben sentirse libres y apoyados, solo así podremos orientar».

No proyectar deseos

Si siempre quiso ser médico y no pudo, no presione a su hijo para que lo sea. Todavía se encuentran casos de padres que lo hacen, aunque no es lo más común. «En cambio -afirma la orientadora del Centro Parro de la Fuente-la influencia familiar en la toma de decisiones vocacionales es un factor muy relevante, mucho más que la de sus iguales. Además la familia ofrece dos modelos diferenciados: uno, el que ofrecen las madres, incorporadas en su mayoría a una doble jornada (casa-trabajo), con un proyecto profesional dependiente de los demás, adaptándose a los componentes de la unidad familiar y con un sobre esfuerzo para poder llevar bien los dos trabajos. El otro el de los padres que ofrecen un modelo profesional lineal con un objetivo profesional claro y es todo lo demás lo que se adapta a ese fin. Estos modelos requieren una reflexión en el seno de las familias con los hijos, porque influyen en la toma de decisiones de los adolescentes».

No elegir por imitación

Asesorar a los hijos en los estudios es complicado, pero hay que intentar que elijan su propio furuto. «Se trata de ayudarles a auto-conocerse, a explorar sus intereses, sus preferencias, sus aptitudes.... Es necesario que elijan por ellos mismos en relación a su rendimiento académico y a su personalidad. Se trata de enseñarles a ser independientes, no elegir itinerarios de estudios porque lo hagan otros compañeros o porque sean más fáciles o estén de moda, tienen que saber que son decisiones importantes de las que solo ellos vivirán las consecuencias».

Todo es reversible

Pero qué pasa si, llegado el momento, aún no se aclara. Hay quien se toma un año sabático, aunque no es lo más recomendable. «Hay que perder el miedo a equivocarse porque las decisiones pueden ser reversibles. Si se matricula en una carrera que después no le gusta, que la deje y piense qué es lo que quiere hacer. Lo más importante es que los hijos realicen aquello que es vocacional. Sea el trabajo que sea, pero que le haga feliz. A veces se tarda más en encontrar el camino, lo importante es llegar a él y disfrutar».