Massimo Bottura, el Robin Hood de la gastronomía

B. Hermida

SABE BIEN

YOAN VALAT

Tiene tres estrellas Michelin en su restaurante Osteria Francescana, pero su proyecto más mimado es una cadena de restaurantes esparcidos por el mundo en los que ofrece menús de alto nivel para personas con pocos recursos.

01 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras Milán, Río de Janeiro y Londres, París acaba de sumarse a la nómina de «refettorios» del chef italiano Massimo Bottura, en los que acerca la alta cocina a quienes tienen menos recursos. En una cripta de la monumental iglesia de la Magdalena de la capital francesa, a pocos pasos de los Campos Elíseos, el nuevo restaurante ofrecerá un centenar de cenas por noche preparadas por grandes cocineros franceses con donaciones de diferentes entidades, desde cadenas de supermercados al banco de alimentos.

«Queremos que en un par de años se convierta en uno de los lugares más hermosos de París», afirmó Bottura durante la presentación del nuevo local, situado en un lugar donde desde hace medio siglo la iglesia ofrece al mediodía comida a necesitados.

El cocinero, que tiene tres estrellas Michelin en la Osteria Francescana de Módena (norte de Italia) y ocupa el segundo lugar en la lista de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo, negó que se trate de «un proyecto de caridad».

«Es un proyecto cultural para combatir el desperdicio de alimentos, que es la única forma que tenemos de alimentar al conjunto de la población», agregó Bottura, que estuvo acompañado en su presentación por los chefs franceses Alain Ducasse y Yannick Alléno, ambos con estrellas Michelin.

Ducasse y Alléno están muy implicados en los otros restaurantes similares que el italiano ha abierto por el mundo, y serán los dos primeros que cocinarán para los más desfavorecidos en el nuevo establecimiento, además de incitar a sus colegas para el futuro. «Aportamos toda la potencia del Colegio Culinario de Francia, una red de 1.500 chefs, a los que queremos implicar para cambiar el mundo, para que sea mejor», indicó a Alléno. La idea, relató el cocinero que dirige dos restaurantes con tres estrellas Michelin, pasa por «que las cenas sean sencillas pero no por eso peores».

«Tenemos que tratar a los comensales con la misma dignidad con la que tratamos a los que vienen a nuestros locales», dijo. Por ello, en el Refettorio de París la decoración ha sido encargada a grandes diseñadores, al igual que la vajilla y el mobiliario.

Los que cenarán cada día en la cripta de la Magdalena serán seleccionados por diversas asociaciones humanitarias que trabajan con refugiados y «sin techo». «En el caso de Francia, nos gustaría que vinieran muchos refugiados, porque sabemos que hay un problema particular con ellos», señaló la responsable ejecutiva del proyecto, la venezolana Cristina Remi. Bottura mantiene viva la idea y sobre la mesa de su despacho florecen los proyectos para abrir restaurantes similares en otras ciudades. Estados Unidos, Canadá, Grecia o Burkina Fasso, además de las ciudades de Santiago de Chile, la localidad mexicana de Mérida o Berlín figuran entre los próximos destinos en los que el chef italiano pretende poner a estrellas de la gastronomía al alcance de los más desfavorecidos.