Artesanía gallega para los regalos más dulces

J.M. Orriols

SABE BIEN

CESAR QUIAN

Encontramos a Melanie en su obrador rodeada de magdalenas, harinas, azúcares, galletas y un sinfín de adornos, fundamentalmente utensilios de la más pura artesanía de Galicia. Cestos de mimbre, cajas de madera, peneiras, pequeñas botellas de diversos tipos de aguardientes... «Con todo esto personalizo cada uno de los regalos y les doy un toque genuinamente gallego»

02 jul 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

Melanie Moreira nació en Alemania, porque sus padres fueron emigrantes en Hannover, pero se siente gallega por los cuatro costados. «Es indudable -dice- que pasar los nueve primeros años de tu existencia en otra cultura tiene que influir necesariamente en tu vida, pero en realidad soy una apasionada de Galicia y encuentro más argumentos de inspiración aquí. Nosotros, y lo digo así porque me siento gallega, somos imaginativos, originales, sabemos improvisar y eso se nota en todo lo que hago. Nuestra forma de vivir y celebrar acontecimientos es única y por eso quiero que en mis trabajos se note mi entusiasmo por esta tierra, que es la de mis padres y ahora la de mis hijos. El pueblo gallego sabe homenajear a alguien que se lo merece de la forma que a esa persona le gusta. Por eso cuando llega el fin de curso, como ahora, los alumnos agradecen a los maestros su trabajo con algo exclusivo, como son mis cestas o mis tartas. Somos muy diferentes y yo prefiero ser así.

-Pero ¿ cómo nace en Melanie la afición por la repostería?

-De casualidad y también, por necesidad. Se me había acabado el paro y como a mi me gustó siempre hacer dulces y, en especial, magdalenas, me puse manos a la obra sin saber muy bien lo que iba a pasar. Mi cuñado, que tiene una tienda en el centro de A Coruña, A Casa Galega, me animó y me dijo que podía hacer magdalenas y que el las vendía. Las hice, se las llevé muy nerviosa y a las dos horas las había vendido todas. Esto reatroalimentó mi ilusión. Hice unas cuantas más pequeñas, se las llevé a varias cafeterías y se las ofrecí para que ellos se las regalasen a sus clientes con el café, infusiones o chocolate, y fue todo un éxito. Esto me animó aún más. Los clientes preguntaban al dueño dónde las conseguía y después eran ellos mismos, de forma particular, los que me las encargaban. Se corrió la voz y ahora hay épocas en las que no paro. Estoy muy contenta y espero que nada cambie.

-¿Por qué magdalenas?

Porque era lo que más me gustaba elaborar. Además una amiga, viendo lo que hacía, me regaló un libro de Xavier Barriga y con él empecé. Las hacía, y las hago, grandes y pequeñas, pero también galletas personalizadas, dulces de todo tipo o tartas para celebraciones. Ahora ya tengo acuerdos con agencias de mensajería y las envío a cualquier parte de España y no digo, por ahora, del mundo, porque tuve una mala experiencia con unas que envié a Roma y llegaron 15 días después. Menos mal que eran para un familiar.

-Y las peneiras, cestas, cerámica, licores o cajas dedicadas... ¿Cómo se te ocurre esto y donde las consigues?

-Cuando salgo a la calle me voy fijando en todo, y en cualquier rincón puedo encontrar algo que diferencie mis regalos. En las ferias, en las tiendas de artesanía, en las floristerías, siempre veo algo novedoso, distinto. Al principio no fue fácil, pero poco a poco fui encontrando unos estupendos proveedores que me facilitan lo que les pido y, si es urgente, en tiempo récord. La idea se me ocurrió porque era consciente de que en el mercado actual prácticamente había de todo. Así que me propuse hacer regalos exclusivos y con el sello de calidad y de nuestra tierra. Cada lote que yo vendo es único y, además, dirigido a una persona o a un colectivo determinado. No es como una caja de bombones, por ejemplo, que puede valer para todo el mundo. Encontré una empresa en Lugo que me hace a láser los mensajes que quiero y eso le dan un toque personal que se agradece mucho.

-Supongo que eso encarecerá el producto?

-Aunque todo lo exclusivo es caro y contando que utilizo productos de la más alta calidad (aceite de oliva, huevos camperos, diversos tipos de edulcorantes, flores frescas) he ajustado el precio al máximo, para que esté al alcance de cualquiera, incluso si tengo que enviarlo, aunque la mayoría de los pedidos los entrego en este mismo obrador, situado en la calle María Callas, 4 en el Quinto Pino y, aunque eso parece una broma, es así como se llama este lugar en el municipio de Arteixo, muy cerca del centro de A Coruña. Con un simple Whatsapp (690 171 705) o a través de Facebook (orecunchodasmagdalenas), se pueden hacer los pedidos. Me pongo en contacto con ellos, me dicen lo que quieren o me dejan darles una idea y, en muy poco tiempo, lo pueden venir a buscar o lo reciben en su casa. Si a todo esto añadimos que en mi cuenta de Facebook cuelgo todo lo que hago, eso me sirve de catálogo y el cliente puede escoger el regalo que más le guste. Además me ajusto a lo que quieran gastar.

-¿Hay algún regalo por el que tengas especial predilección?

-Unas veces estás más satisfecha del resultado final que otras, pero para mi lo ideal es una minipeneira con minimagdalenas, galletas y flores frescas. De todas formas también hago bizcochos de todo tipo, paquetitos de pequeños dulces e incluso tartas de varios pisos.

(Y probando una exquisita magdalena, dejamos a Melanie, esta joven emprendedora, que demuestra que, con una mínima inversión, se pueden conseguir grandes cosas).

“Son regalos exclusivos con sabores genuinamente gallegos»