El albariño puede esperar... e incluso está más bueno

SABE BIEN

MARTINA MISER

Rías Baixas organizó una cata para demostrar a críticos y profesionales que no es necesario consumir sus vinos en el año, sino que estos ganan con el paso del tiempo en botella.

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pasa a veces que uno se encuentra en la bodega con botellas de otros años. Vinos que quedaron olvidados en un rincón o que no hubo tiempo de consumir. Si uno de ellos es un Rías Baixas, no se preocupe. La suya no ha sido una inversión perdida. Porque dicen los expertos que el albariño no siempre hay que consumirlo en el año. Que con el paso del tiempo evoluciona en la botella y gana. «Son vinos de aromas más maduros, más intensos y con una mayor redondez», explica el presidente del consello regulador, Juan Gil. Esta entidad ha organizado hace solo unas semanas una nueva edición de la cata de las añadas, destinada a demostrarle a los profesionales del sector la verdad de sus afirmaciones. De las 96 marcas que fueron catadas por 31 expertos, 71 obtuvieron más de 82 puntos. Prueba irrefutable de que, como todo buen vino, el albariño sabe envejecer en la botella.

Del 2003 era el albariño más antiguo de los que se presentó al certamen de este año. La elaboración de As Laxas superó la prueba con creces. Recibió más de 85 puntos por parte de los expertos. «Sabemos que no es un vino fresco, tiene un color amarillo más oro pero lo curioso es que es un vino que sigue aguantando y que se sigue reconociendo que es albariño», explica Rubén Simón, director comercial de As Laxas. Sostiene que lo interesante de esta cata es que demuestra «que los albariños con dos años son bebibles». Una opinión que comparte Xurxo Alba, responsable de Albamar. «Amosa a lonxevidade dos nosos viños, sobre todo cando es respetuoso na vide e na adega», explica. Para él, ese es el secreto del éxito. «É coma na cociña, se tes un bo peixe cunha prancha é suficiente», añade. Su añada del 2012 obtuvo más de 92 puntos por parte del jurado. La denominación lleva ya doce años celebrando esta cata de las añadas. «Quisimos exponernos a los críticos y profesionales y que sean ellos mismos los que juzguen si nuestros vinos ganan con los años. Porque estamos tan seguros de nuestros productos que no nos da miedo», explica Juan Vázquez, director de Bodegas Martín Códax. Sus elaboraciones del 2010 y del 2012 también lograron más de 85 puntos. «Son vinos que no fueron pensados para durar», añade. Pero, aún así, resisten perfectamente. Y ¿por qué sucede esto? «Se debe a las posibilidades de la uva, que tiene las características necesarias para ser guardada», explica Gil. «Si ves las guías de los expertos en Rías Baixas las mayores puntuaciones no suelen ser para la cosecha del año», añade.

Así que los bodegueros recomiendan que «si tienes una botella en casa de hace dos o tres años o te encuentras con ella en un restaurante, disfrútala. Oxigénala, decántala y deja que se exprese, es una maravilla», sostiene Vázquez. «Desde luego un vino del 2015 en estas fechas está extraordinario y uno del 2014, también», reitera el presidente de Rías Baixas. «Ten que ver co que che apetece. Se queres algo fresco e con nervio toma un 2015, pero se buscas algo cunha acidez máis integrada, onde non haxa tanta tensión toma un 2012 ou un 2013. Cos anos perden esa intensidade aromática de froita e gañan eses aromas de membrillo ou mel e en boca terán formas máis redondas, serán máis melosos», insiste Abal. Ya lo saben. Los Rías Baixas, como los grandes vinos, no caducan.