Justin Trudeau, el primer ministro más sexy

Victoria Toro CORRESPONSAL EN NUEVA YORK

EXTRA VOZ

Es el único líder de un país que lleva un enorme tatuaje; el único que reconoce sin reparos que ha fumado porros y el único que se desnuda en público si la ocasión lo requiere. Justin Trudeau, hijo de un primer ministro playboy y de una ex primera dama vampiresa, ha sido definido como el más sexy del mundo

30 nov 2015 . Actualizado a las 09:24 h.

Así es cómo definen algunos, y sobre todo algunas, a Justin Trudeau, el nuevo primer ministro de Canadá: el primer ministro más sexy del mundo. Tras su victoria arrasadora en las últimas elecciones, medios de comunicación de todo el mundo se han ocupado de él, pero la atención se centra menos en su política y mucho más en el hombre que es Trudeau.

Cuando Justin tenía cuatro meses de edad, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, brindó por él: «me gustaría brindar por el futuro primer ministro de Canadá Justin Pierre Trudeau», dijo en una cena que Pierre Trudeau, padre de Justin y primer ministro canadiense en ese momento, ofrecía al líder norteamericano. No fue esa la única vez que alguien vaticinaba el futuro de Justin. Veintiocho años más tarde, en el funeral de su padre, Justin adquirió una gran relevancia pública. Lo consiguió con el discurso que hizo en homenaje a su progenitor que fue televisado e incluido posteriormente entre los actos canadienses más importantes de los últimos cincuenta años. Entonces, uno de los asistentes al acto comentó: «Es el discurso de un futuro primer ministro». Y lo era.

Pero de un primer ministro poco convencional o, quizá, de un primer ministro del futuro. Trudeau es joven, tiene 43 años, y lidera un gobierno de centro. Durante la campaña electoral previa a las elecciones del pasado mes de octubre, se habló de política, claro, pero se habló casi tanto del pelo de Trudeau, de los abdominales de Trudeau, del tatuaje de Trudeau? Y es que el ya primer ministro lleva el pelo largo o al menos lo ha llevado hasta recientemente porque sus asesores han ido consiguiendo que lo recortara poco a poco.

La historia de sus padres, Pierre y Margaret Trudeau no parece haberle influido negativamente. El entonces primer ministro Trudeau, que había mantenido una relación pública con la actriz y cantante Barbra Streisand y que contaba con 51 años, se casó en 1971 con una joven de 22, Margaret Sinclair, a la que había conocido y de la que se había enamorado cuando ella tenía 18 años. El matrimonio duró hasta 1976 y tras la separación Margaret Trudeau se convirtió en una de las caras más populares de la prensa debido a sus continuos romances: Ted Kennedy, Ronnie Wood o Mick Jagger fueron algunos de los hombres que pasaron por sus brazos. Su ex marido, que se quedó con la custodia de los tres hijos de la pareja -Justin y sus dos hermanos menores-, no le fue a la zaga. Sus encuentros sexuales en la residencia oficial fueron antológicos, incluso se ha escrito que a veces se ausentaba durante unos minutos de actos públicos porque alguna de sus amantes le esperaba en la habitación de al lado.

El hijo mayor de esa pareja es Justin pero su vida matrimonial no puede ser más ortodoxa. Está casado desde 2005 con Sophie George a la que conocía desde niño y con la que tiene tres hijos. En el resto de su vida la convencionalidad desaparece. Para empezar, el repaso a los trabajos que ha tenido a lo largo de su corta vida también supone una novedad en la política: ha sido profesor en varios colegios pero también fue monitor de campamentos, actor de televisión o portero de discoteca.

Es católico, pero a los 18 años decidió convertirse en «no practicante» según ha confesado él mismo. Y durante la última campaña electoral enfadó a muchos miembros de su confesión religiosa cuando impuso que ninguna persona que se oponga al derecho al aborto podía presentarse a un cargo público por su partido, el partido Liberal.

También se declara feminista y nada más llegar al poder lo demostró. Trudeau ha nombrado un gobernó paritario. Cuando un periodista le preguntó sobre las razones para esa decisión en los minutos posteriores a la jura de sus cargos, el primer ministro canadiense solo miró al periodista y contestó: «porque estamos en el año 2015».

La imagen que le dio la victoria el pasado mes de octubre es la de alguien normal. Trudeau se presenta como alguien de la calle, como la mayoría de las personas. Y sin embargo, no lo es. Durante dos períodos de su infancia vivió en la residencia oficial del primer ministro canadiense, en los dos mandatos de su padre. Y aunque sus progenitores decidieron que el niño Justin fuera al colegio en el autobús escolar, él mismo ha contado que en ocasiones salía a la hora de la comida del cole ya tenía que asistir a algún almuerzo en su casa porque había invitados: Margaret Thatcher, Ronald Reagan o Helmut Schmidt fueron algunas de las personas con las que Justin compartió mesa en sus primeros años. O la princesa Diana de Gales con la que recuerda que se bañó en la piscina.