Una oftalmóloga gallega abre en India un quirófano solidario

EXTRA VOZ

La directora del Instituto gallego de cirugía ocular de Ferrol viajará el próximo miércoles por tercera vez a este país para levantar un proyecto que permitirá salvar de la ceguera a más de 300 personas con cataratas y cuya esperanza de vida no supera los dos años si no se operan. ha conseguido implicar a muchos colegas

30 mar 2016 . Actualizado a las 11:08 h.

Cuentan los mentores en el hostital de la Paz en Madrid que la oftalmóloga gallega Ana González es muy buena cirujana. Aunque a ella le emociona casi más que su hijo le reconozca sus «ansias de ayudar» y le anime diciéndole que lo que más le enorgullece no es que sea la directora del Instituto Gallego de Cirugía Ocular de Ferrol, sino sus viajes a la India para devolver a la vista a personas y niños cuya casa es una acera. El pasado verano llegó a Calcuta por primera vez para participar en una campaña de revisión de ojos: realizó 258 diagnósticos y en enero estaba de vuelta con muchas más ganas, así que se puso de nuevo la bata e hizo 327 consultas a otros tantos niños y a sus familiares. El miércoles regresa con uno de sus proyectos más ambiciosos y en el que ha conseguido implicar a un buen número de colegas de Galicia, Asturias y Madrid. En esta ocasión no solo van a consultar, la idea es abrir un quirófano solidario en una de las regiones más pobres, Midnapore, donde el hospital de referencia no tiene a ningún oculista en plantilla.

«Cuando regresé la última vez la gente me preguntaba si no estaba agotada, pero la verdad es que me carga de energía ver su agradecimiento. No tienen nada, pero el grano de arroz que pueden conseguir lo comparten contigo», cuenta poco antes de entrar en un quirófano para operar unas cataratas en Ferrol. En España esta intervención es casi un mero trámite, pero en la India implica ganar una segunda vida. «Lo normal es que las personas con cataratas se mueran a los dos años, porque se quedan sin medios para acceder al trabajo, a la comida y casi nadie les puede ayudar. Así que cuando vuelven a ver su reacción es de una alegría inmensa, como si recuperasen una parte de su vida. Te hacen sentir que les das vista, pero sobre todo que les das vida. En España cuando la gente se opera de las cataratas apenas le da importancia ya».

La primera vez que se ve bien

Ana recuerda con la misma emoción una de las primeras veces que le puso unas gafas donadas en Galicia a un niño miope de nueve años, precisamente el que sale retratado en el cartel que usan en su acción solidaria para hacer acopio de lentes. «Saltaba de alegría, es que nunca había visto su alrededor con claridad, estaba feliz», dice y explica que este niño, como muchos otros a los que ha llevado gafas las guardan como un gran tesoro que les permite no solo ver, sino también tener la oportunidad aprender. El equipo que le ayudará a abrir el quirófano ya partió hacia India ayer, pero ella se marcha el próximo miércoles. Uno de sus objetivos pasa por llevar todas las cajas que pueda de gafas usadas recogidas en los centros Ópticas de Noroeste (http://opticasnoroeste.com/es/). «La gente ha respondido muy bien, pero necesitamos llevar cuantas más podamos, ahora mismo tenemos menos de vista cansada y son muy importantes también allí». Les han llegado lentes donadas por correo hasta de Pamplona, pero su experiencia le dice que las agotará con las primeras consultas. «Allí son un bien muy preciado», insiste.

Los laboratorios farmacéuticos han donado instrumental y medios para este proyecto que tratará problemas como la sequedad o las conjuntivitis que en Europa no pasan casi de molestias y que en India son todo un drama. Ana se ha encontado con casos graves, sobre todo en niños debido a la poca atención que han recibido desde bebés. A pesar de la ingente tarea con la que se topa en cada expedición ni se desanima, ni siente tristeza o frustración. «Cuando te marchas te hacen sentir de alguna forma que no es un adiós, que es un hasta luego... yo estoy deseando regresar». Y lo hará en unos días y, de nuevo en unos meses, para consolidar un proyecto que se materializará gracias a un convenio de cooperación entre las oenegés Solidaridade Galega, Azul en Acción y Médicos mundi con el hospital St Josep Hospital Phulpahari gracias al que operarán hasta mediados del próximo mes.

Ayer ya partieron un grupo de colegas y amigos que se han decidido a participar en este proyecto. Son Rosa Arrollo (oftalmóloga del CHUF); Fina Pombo (también oftalmóloga y del CHUAC); las anestesiologas Amparo Pérez y Ana Sarmiento (ambas del CHUF) y las enfermeras María Teresa Sagrario (CHUAC) y Raquel Vidal (del Instituto Gallego de Cirugía Ocular). De Asturias parten hacia la india los oftalmólogos Renata Fau y Mar Mateos, mientras que los murcianos Miguel Acosta y Jesús Franco se encargarán de la logística y desde Madrid llega la otra cooperante: la oftalmóloga María Jesús Aparicio.

Atender a 60 tribus

Ana llegó a la India a través de una escuela solidaria, Theblueturtlecenter, con la que sigue colaborando y que permite enseñar a menores de un país en el que no existe la enseñanza gratuita. Su idea también pasa por implicar a voluntarios para esta escuela que hace una labor crucial en la zona y, de hecho, fueron las dos promotoras de este centro las que se percataron en sus clases de que urgía tratamiento oftalmológinco para la mayoría de los pequeños.

Uno de los objetivos de este viaje será realizar 500 consultas y al menos 350 cirugías, pero también atender a miembros de comunidades que están alejadas y a las que es muy difícil llegar. Por eso en su último viaje Ana González dejó fondos para que un equipo pudiese viajar a 60 lugares remotos donde habitan otras tantas tribus y poder hacer una selección de personas que necesitan un tratamiento de ojos con premura. «Es muy importante llegar a ellos, pero lo primordial es que este quirófano continúe abierto para seguir dando vista y vida», promete la oftalmóloga ferrolana.