Puigdemont advierte al Gobierno de que no podrá parar el referéndum

Efe

ESPAÑA

GERARD JULIEN | Afp

El presidente catalán ha rechazado ir al Congreso si ello es una «coartada» para difuminar ante los observadores internacionales la ausencia de voluntad política

22 may 2017 . Actualizado a las 21:10 h.

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, ha advertido al Gobierno de Mariano Rajoy, en una conferencia en Madrid, de que no podrá parar el referéndum sobre la independencia de Cataluña porque considera que el Estado «no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia».

En un acto en el Auditorio Caja de Música CentroCentro, en la sede municipal del Palacio de Cibeles, Puigdemont ha pedido dialogar «en una mesa, sin condiciones previas, sin límites, sin apriorismos, sin amenazas y sin subterfugios».  El presidente catalán ha rechazado ir al Congreso si ello es una «coartada» para difuminar ante los observadores internacionales la ausencia de voluntad política. «Ese es un error en el que no vamos a participar», ha dicho.

El acto de Puigdemont en Madrid ha coincidido con la publicación de un borrador de la llamada ley de desconexión de Cataluña, en el que se prevé una declaración unilateral de independencia si el Gobierno impide el referéndum, un extremo que Mariano Rajoy ha definido como «gravísimo chantaje al Estado».  En la conferencia, compartida con el vicepresidente Oriol Junqueras, y el conseller de Exteriores, Raül Romeva, y enteramente en castellano, Puigdemont ha invitado «formalmente» a Rajoy a abordar el problema de Cataluña y ha avanzado que, de manera inmediata, presentarán una propuesta al Gobierno en la que se negocien las condiciones del referéndum, en un diálogo sin restricciones.

El presidente catalán ha insistido en que desea que el referéndum «sea pactado» con el Gobierno porque esa es «la opción más plausible» a imagen del Reino Unido y Escocia. Puigdemont ha querido dejar claro que su propuesta independentista no es un desafío y que el Govern representa a un pueblo que quiere expresar su futuro en las urnas: «No somos ningún soufflé, ni una enfermedad, ni fruto de ningún trastorno emocional», ha dicho.

Aunque se preveía que Puigdemont aprovechase la conferencia para hacer una última oferta al Gobierno, lo cierto es que el presidente catalán ha ahondado en el diálogo con el Ejecutivo y en que el compromiso de referéndum es «inviolable». Pese a que Puigdemont ha reconocido que en el escenario actual domina el «no a todo», ha defendido la disposición a hablar «de todo y con todos», en una oferta de «diálogo permanente». Oferta, ha dicho, en la que cabe hablar de la pregunta de la consulta, la fecha, los requisitos de participación y su validación.

Puigemont se ha preguntado, varias veces, si hay voluntad política por parte del Gobierno de España de atender la demanda catalana y si existe hay que actuar de «manera diferente y sincera». El presidente catalán ha dicho que no quiere «trampas» ni tampoco recorrer los caminos del lehendakari Ibarretxe en 2005 o de los representantes del Parlament de Catalunya en 2014, «caminos que llevaron al fracaso evidente». Por eso, Puigdemont ha advertido al Gobierno de que no cuenten con Cataluña para «ningún simulacro, ninguna maniobra de dilación ni ninguna escenificación de falsa voluntad de diálogo. Nada que les permita creer que renunciamos a nuestro derecho a la autodeterminación».Puigdemont ha recriminado al Gobierno que haga política en los juzgados y le ha dicho que «fiar todo el trabajo a fiscales y jueces incrementa el problema».

Banderas españolas en el exterior

El presidente catalán ha impartido la conferencia Un referéndum para Cataluña. Invitación a un acuerdo democrático ante un auditorio de políticos del Parlament en su mayoría, diputados de Unidos Podemos, PDeCAT, ERC, senadores y fuerzas nacionalistas vascas. También han asistido una decena de diplomáticos de embajadas extranjeras, según fuentes de la Generalitat.

Fuera del auditorio medio centenar de personas con banderas de España y otras preconstitucionales han protestado por la presencia de dirigentes independentistas catalanes, a los que han insultado cuando parte de la delegación catalana se acercaba al consistorio. Además han proferido insultos contra la alcaldesa Manuela Carmena por permitir el uso de las instalaciones municipales para un acto a favor de la independencia de Cataluña.