Rajoy cierra la puerta al referendo catalán y ofrece diálogo en el marco de la ley

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

ALBERT GEA | reuters

El presidente del Gobierno cargó contra los secesionistas, a los que acusó de «intentar liquidar el Estado de derecho»

27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy viajó ayer a la comunidad catalana para participar en la clausura del congreso del PP catalán, donde hizo un llamamiento a la concordia, ofreció diálogo a la Generalitat y cerró una vez más la puerta a la celebración de un referendo de independencia, que a su juicio «viola la ley» y es antidemocrático.

Nueve meses llevaba Rajoy sin pisar tierras catalanas, desde la campaña de las pasadas elecciones generales, y por tanto se trataba de su primera incursión en el escenario catalán desde que fue reelegido presidente del Gobierno. Mucho ha llovido desde entonces. A pesar del continuo toma y daca, Junts pel Sí y la CUP han mantenido su alianza, han sido capaces de aprobar unos presupuestos y han puesto rumbo directo hacia la ruptura. Carles Puigdemont se ha comprometido a convocar un referendo tenga o no autorización de Madrid, a aprobar las leyes de la desconexión y a poner las urnas, por lo que obligará al Gobierno central a utilizar las medidas coercitivas a su alcance para impedir la votación.

En este contexto, Rajoy puso ayer en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) sobre la mesa cuál es su plan para hacer frente al proceso soberanista: mantener la unidad de España, que se cumplan las leyes, que las instituciones estén al servicio de todos los catalanes, reparar la cohesión interna en la sociedad e instaurar una «nueva concordia», que aleje del poder los «extremismos antidemocráticos». Esos son los objetivos.

La receta que propuso para afrontar la crisis territorial fue el diálogo, una herramienta a la que apelan tanto el presidente del Gobierno como el jefe del Ejecutivo catalán, pero que hasta la fecha ha brillado por su ausencia, pues Rajoy y Puigdemont solo se han visto una vez desde que el dirigente popular fue reelegido al frente de la Moncloa. Fue en el mes de enero y no han trascendido avances, porque un segundo encuentro, reclamado desde el Palau de la Generalitat, no acaba de fructificar.

«Más presente»

El inquilino de la Moncloa situó el diálogo con la Generalitat en el ámbito de la financiación autonómica, las infraestructuras, los servicios públicos, la demografía o la dependencia, pero en ningún caso para negociar un referendo, como reclama la Administración catalana, que para Rajoy supondría «violar la ley conjuntamente». «Ahí no voy a estar nunca», dijo, mientras cargó contra los secesionistas por intentar liquidar el Estado de derecho» y se comprometió a estar más presente «en el día a día de Cataluña». «No os vamos a abandonar», les dijo a los catalanes, que un día antes, en boca del presidente de la Generalitat escucharon que si el proceso soberanista fracasa y Cataluña no se convierte en un Estado independiente, el Gobierno descargará toda su «venganza sobre el autogobierno catalán». Rajoy reiteró que nunca «admitirá la celebración de un referendo» porque «no lo permite la Constitución», aunque tampoco entró en detalles de cómo piensa frenar la votación una vez esté convocada y evitó replicar a Puigdemont, que proclamó un día antes que el Estado está dispuesto a «todo» para evitar la consulta.

Según el jefe del Ejecutivo catalán, «ninguna Constitución escrita del mundo» permite la celebración de una consulta, salvo, dijo, las de la antigua URSS, la ex-Yugoslavia y Etiopía. «Nuestra posición es un sí rotundo al diálogo, pero no aceptamos imposiciones, monólogos, contratos de adhesión ni sortear la ley», señaló el presidente del Gobierno.

La CUP amenaza a Puigdemont con retirarle su apoyo parlamentario

El sí de la CUP a los Presupuestos de la Generalitat ha generado fuertes tensiones en la formación anticapitalista, que presiona a Carles Puigdemont para que concrete la fecha y la pregunta del referendo y le advierte de que no permitirá que el proceso se prolongue más allá de septiembre. Si la consulta no se celebra como muy tarde ese mes, la CUP avisó ayer que dará por concluida la legislatura y buscará «todas las fórmulas posibles», entre otras abandonar sus escaños en la Cámara catalana, para hacer caer el Gobierno catalán y que Puigdemont se vea obligado a convocar elecciones. Los antisistema criticaron además que el presidente de la Generalitat hable ya de un posible «fracaso» del proceso y que Mas plantee terceras vías.